«Lago Rivera: No principio dun mundo, 1916-2016», en Vigo

La Sala de exposiciones del Teatro Afundación de Vigo acoge la exposición «Lago Rivera: No principio dun mundo, 1916-2016» hasta el 19 de noviembre. Con ella rendimos homenaje al pintor coruñés en el año del centenario de su nacimiento. Se trata de uno de los artistas gallegos más relevantes de la segunda mitad del pasado siglo, perteneciente a las nuevas generaciones formadas después de la guerra civil. Traemos su obra al presente para revisarla con una nueva mirada y redescubrir nuevos focos de interés.
Entrada libre.
El proyecto expositivo está conformado por piezas cedidas por variadas colecciones públicas y privadas y prestatarios particulares, que cuenta con la colaboración de la Xunta de Galicia. En total 53 obras muestran los cambios conceptuales y formales del arte del pintor a lo largo de más de cuarenta años, información que se amplía a través de una valiosa documentación de la época, fundamentalmente, catálogos y publicaciones sobre Lago Rivera, y con una colección de grabados y dibujos. Se complementa además con un completo catálogo con textos del propio comisario, Carlos L. Bernárdez.
Antonio Lago Rivera estudia en los años cuarenta en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y completa su formación con una primera estancia parisina. De su formación académica e inquietud renovadora por el arte internacional surge su obra, que consigue afianzar su identidad en diferentes ámbitos histórico-sociales y artísticos que la ponen a prueba y someten a variados retos. En 1945 participa en la exposición «La joven escuela madrileña», organizada por la librería-galería Buchholz, en donde da a conocer su espíritu renovador. Y es en estos años cuarenta que realiza una pintura de una figuración maxicista y primitivista, en diálogo con los realismos europeos, con el expresionismo y el surrealismo. Son obras que parecen remitir a un arte sin codificar, no contagiado por la racionalidad clasicista ni por el gusto más académico, con algo de primario, de contacto con una naturaleza primordial, con lo cósmico y lo telúrico, expresado en una evidente simplicidad de formas.
En los años cincuenta asume la abstracción en el París del tachismo, donde se va a instalar, y de los informalismos, en relación con las grandes figuras de la pintura internacional con las que llega a exponer (José Guerrero, Karel Appel, Asger Jorn, Georges Mathieu, Antoni Tàpies, Antonio Saura...) y en contacto con movimientos como la art brut, CoBrA o el expresionismo abstracto. En el París que se encuentra Lago Rivera, en 1952, el crítico Michel Tapié publica Un art autre où il s'agit de nouveaux dévidages du réel, dando un impulso definitivo a la abstracción informalista, cuando, también en la capital francesa, se asiste a la penetración de la action painting norteamericana.
Frente a todos estos estímulos, Lago va a reaccionar iniciando un giro que lo llevará a la abstracción. A partir de 1951 pinta paisajes muy esquemáticos de vivo cromatismo y ya nos encontramos con una pintura plana, de líneas finas y con una tendencia a difuminar formas secundarias.
A partir de 1953 da paso a cuadros abstractos de carácter geométrico para luego centrarse en formas planas con líneas cada vez más movidas, con colores simples y fondos blancos, cenicientos o azules. Entre 1958 y 1959 la pintura se hace menos empastada, apareciendo de nuevo los azules, los rojos, los amarillos, en tonos suaves y formas de color en grandes espacios. Este será el estilo final abstracto de Lago Rivera, muy cercano al llamado en Francia nuagisme, literalmente «nubismo», un término artístico propuesto en 1950 por el crítico Julien Alvard.
Los años 1961 y 1962 marcarán el final de esta abstracción nuagiste y el definitivo regreso del pintor a la figuración, ya deudora de los logros de su experimentación colorística abstracta. Lo que ofrece el artista es una pintura que, en lo esencial, analiza de manera original los géneros tradicionales, aunque a partir de los setenta inserta contenidos irónicos, sarcásticos y de crítica social presentes en toda su obra final.
Horarios
Lunes a viernes de 17.30 a 20.30 h y sábados y festivos de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.30 h.