Concierto REAL FILHARMONÍA DE GALICIA en Vigo

Ya puedes coger las entradas sueltas en Ataquilla.com para este concierto de la TEMPORADA DE ABONOS DE CLÁSICA AFUNDACIÓN 2022.
Directora SIMONE MENEZES
Soprano CAMILA TITINGER
13 MAY | 20.00 h Duración aprox. 1 h (sin pausa)
AMAZONIA
HEITOR VILLA-LOBOS (1887-1959)
Bachianas brasileiras núm. 4, Preludio
PHILIP GLASS (1937)
Augas da Amazonia (orq. Coleman): Metamorfose 1
HEITOR VILLA-LOBOS (1887-1959)
Suite de Floresta do Amazonas (selección Simone Menezes)
NOTAS AL PROGRAMA
Euclides da Cunha escribió: «El Amazonas siempre tuvo el don de impresionar a las civilizaciones distantes». Las representaciones más recurrentes de la Amazonia producen metáforas opuestas: «prisión vegetal», «pulmón del mundo», «infierno verde» y «paraíso en la Tierra», y esa imponente selva amazónica, con exuberantes paisajes, extraordinaria biodiversidad y mágica belleza, propicia la imaginación de las personas artistas. El arte, además de rechazar los estereotipos, trasciende la realidad como en la obra musical de Villa-Lobos, cuyo enorme amor por Brasil se refleja en muchas de sus composiciones. Floresta do Amazonas es una de sus últimas creaciones de gran formato, una de las páginas más representativas de la música brasileña por su belleza y por su técnica compositiva que canta a la armonía entre el hombre y la naturaleza. Escrita en Río de Janeiro en 1958, Villa-Lobos retrató Brasil a través de la región más conocida y demandada en todo el mundo, la Amazonia, utilizando una gran orquesta con claridad, elegancia e inteligencia, y empleando los intrincados recursos de técnica de orquestación y composición de forma magistral. La génesis de Floresta do Amazonas llega con el encargo de la banda sonora de la película Green Mansions, inspirada en la novela homónima de William Henry Hudson y producida por la Metro-Goldwyn-Mayer. Villa-Lobos escribió la música, basándose únicamente en el guión de Dorothy Kingsley, sin tener demasiada experiencia en este tipo de encargos y ninguna idea de cómo sería la película. Pensó que era lo mismo que poner música a un ballet. De ese modo, el arreglista de la productora Bronislaw Kaper sincronizó la música con el filme escogiendo algunos temas del original, que armonizó y orquestó de nuevo, componiendo casi una nueva banda sonora. De ese modo, Villa-Lobos decidió aprovechar las partes no utilizadas, añadir coros y voces solistas, pidiendo a su amiga Dora Vasconcellos poemas para cuatro melodías, y creó así las cuatro famosas canciones: Veleiros, Cair da Tarde, Canção do Amor y Melodía Sentimental. Como resultado, el gran poema sinfónico-coral (o suite) para orquesta y voz solista dividido en 21 partes, más una abertura y un epílogo que recuerdan los planos cinematográficos para los que fueron concebidos.
En la música orquestal destacan los ritmos salvajes, las melodías con acentos amerindios, las disonancias que tanto asombran y, a veces, también el clima de desolación que marca la inmensidad de ciertas partes de la selva. Villa-Lobos, en esta música evocadora y sugerente, intenta recuperar la magia de la selva amazónica con colores orquestales siempre inventivas y sorprendentes, transcribiendo además el sonido de la lluvia, las criaturas que viven allí y los mitos que nacieron en ese lugar. La riqueza de los timbres añadidos a la orquesta o el dominio del lenguaje y de la orquestación contribuyen a una obra tan densa como el propio bosque amazónico, en el que la voz ofrece episodios como los citados textos o O Fogo na Floresta que, siniestramente, presagia las olas de deforestación intensificadas años más tarde hasta un alarmante aumento en los últimos años.
Recientemente, la Academia Brasileira de Música revisó y editó el material y la directora Simone Menezes trabajó con ellos para crear una Suite para orquestra sinfónica e soprano integrada por las mejores partes musicales para una versión de concierto que consta de 11 movimientos (4 de ellos con soprano). La directora describe las piezas para soprano como sorprendentes y califica la obra como una composición elocuente, pero también sencilla y directa, la obra de un genio. Toda la obra es rapsódica, algo por lo que Villa-Lobos fue criticado, pero esta es una música latinoamericana, así que, como comenta Menezes «¡no podemos esperar una forma de sonata!». Algo del primitivismo de la obra podría evocar a Stravinski, pero la orquestación tuvo un efecto significativo en Olivier Messiaen, quien mencionó la influencia del compositor brasileño en su Sinfonía Turangalila. Villa-Lobos decía que sus obras eran cartas escritas para la posteridad y para Simone Menezes, Floresta do Amazonas «es una carta que debemos leer».
También el Amazonas fue fuente de inspiración para Philip Glass quien, desde hace décadas, establece colaboraciones con músicos de distintas tradiciones como vehículo de su propia creatividad. Como ejemplo, Águas da Amazônia escrita en los años noventa para la compañía de danza Groupo Corpo titulada, originalmente, Sete ou oito pezas para un ballet. La música fue retomada por el grupo de percusión brasileño UAKTI que realizó un arreglo para sus instrumentos caseros y las grabó para el sello Point Music. Para entonces, la música se amplió a doce temas (probablemente por eso aparece en el catálogo en línea de Glass como Doce pezas para ballet), la mayoría de ellos nombrados como ríos de la Amazonia, excepto el último, extraído de la pieza para piano del propio Glass, Metamorphosis núm.1, tema final que sirve como un gran lienzo para la improvisación sobre el esqueleto que es la música de piano del compositor americano. Águas da Amazônia refleja, sobre todo a través del trabajo de los instrumentos de viento y las percusiones locales, una cierta presencia geográfica, dejando que la labor orquestal defina una plataforma lírica que desborda las referencias culturales más concretas, dirigiéndose hacia los territorios no alejados de lo que en su día se definió como new age. Inspirada por la inmensidad y la diversidad del Amazonas, Glass compuso esta obra en varios movimientos, si pueden llamarse, sin tener ni la dimensión ni las formas habituales en los conciertos o las sinfonías, en las que combinó ecos de la escritura orquestal que estaba desarrollando en ese momento con algunas relaciones instrumentales más concretas con el espacio retratado y también discretos guiños con el chiscadelas con el jazz. De la mano de la Orquesta de la Radio MDR de Leipzig, dirigida por Kristan Javi, en 2017, Charles Coleman realiza un arreglo que refuerza la presencia orquestal sin desvanecer las presencias que sugieren el fluir de las aguas. Metamorphosis I es una mirada minimalista y poética, algo más que un suave recorrido por la selva tropical, un viaje en barco por el río Amazonas, con repeticiones impresionantes y salpicado de diferentes pulsaciones rítmicas. La escena cambia a cada momento con el paso de los animales, los peligros, haciendo que la tensión aumente hasta el grito de alivio final.
Completan el programa las singulares Bachianas Brasileiras de Villa-Lobos, homenaje a J. S. Bach, cuya música descubrió en los conciertos familiares de los sábados a través de su tía, la pianista Zizinha Monteiro. Tras recorrer Brasil y vivir en París, entre 1930 y 1945, escribió para distintos grupos instrumentales y vocales estas Bachianas que conjugan elementos rítmicos y melódicos propios de la música de su país con tratamientos formales, contrapuntísticos y armónicos característicos de la obra de Bach y el espírito popular brasileiro coa rítmica excepcional do seu folclore. As Bachianas tamén parecen transportarnos á selva brasileira que hoy centra este programa, en un tempo obstinado, lento y nostálgico. Una de las técnicas más utilizadas por el compositor en esta serie se basa en el método identificado como un modo de composición habitual, no solo en las obras de Bach, sino también en las de otros compositores como Vivaldi y Rameau. Su papel en la creación de la coherencia armónica es paralelo al de la secuencia en la consecución de la unidad melódica, otra característica de la música barroca que emplea Villa-Lobos. Los procedimientos imitativos, también una técnica distintiva del Barroco, se encuentran también en varios géneros brasileños, una circunstancia que ofreció al compositor una flexibilidad mayor a la hora de unir los dos lenguajes musicales. Otros rasgos comunes son el uso de figuras de ostinato, los tonos de pedal y el moto perpetuo. La Bachiana Brasileira núm. 4, compuesta entre 1930 y 1941, reúne cuatro piezas: Preludio (1941), Coral: Canto a Sertao (1941), Aria: Cantiga (1935), y Dansa: Miudinho (1930). La partitura fue escrita originalmente para piano, pero el propio compositor realizó una versión orquestal en 1941. El Preludio es la más abstracta de las cuatro piezas, y su sobrio y meditativo carácter recuerda la majestad sostenida de la zarabanda barroca.
Este concierto se enmarca en Cultura por Alimentos, un programa solidario en colaboración con la Federación Española de Bancos de Alimentos, con el objetivo de contribuir, a través de donaciones, a incrementar los recursos de los Bancos de Alimentos de Galicia.
Os invitamos a todas las personas que asistáis a este espectáculo a colaborar trayendo productos no perecederos, que podréis depositar a la entrada del teatro.
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