


El recoleto jardín privado con acceso solo desde el interior del edificio, presidido por un cenador y una gran escultura de Francisco Leiro, es un remanso de tranquilidad en pleno centro de Pontevedra y se revela como un entorno ideal para cualquier acto social, ya sea un cóctel para la presentación de un producto, una pausa-café en el transcurso de unas jornadas de formación o ¿por qué no? una sesión fotográfica de moda.