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No se limita a describir un paisaje realista, nos ofrece su visión personal del molino, con trazos firmes en los que a la agudeza se une la sensibilidad. El molino, con las aspas al viento, se erige, macizo, casi heróico, en primer término, oponiéndose al castillo que, en la lejanía, parece insignificante. Las lineas se entrelazan y liberan, definiendo las formas con armonía pictórica.
Exposiciones
«Antológica de Castro Gil», del 19 de octubre al 12 de noviembre de 1985 en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural Caixavigo.