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El dibujo, esquemático, estiliza los motivos del paisaje, acentuando su valor expresivo. La estructura se centra en el camino que se abre entre campos, en el primer término, y nos invita a adentrarnos en el cuadro, ascendiendo hacia una arboleda, al pie de la montaña sobre la que se extiende una hermosa masa de nubes. El rigor del diseño, seduce y arrastra al que lo contempla hacia el fondo del paisaje en el que dominan los tonos sombríos, trabajados con densa materia en armonía de verdes, ocres y grises que se iluminan con el color blanquecino que bordea el horizonte.
Exposiciones
"A paisaxe galega na colección Caixavigo" del 3 al 15 de agosto de 1993, Casa da Cultura, Riveira.
