VIRXILIO

Virxilio Eduardo Fernández Cañedo tiene una trayectoria expositiva que comienza en el Liceo de su ciudad natal en la segunda mitad de la década de los años cincuenta y concluye en la Casa-Museo Otero Pedrayo en Trasalba/Amoeiro en 2007. Con lo aprendido en Artes y Oficios, y la enseñanza personalizada de su director, Luis Fernández Pérez, “Xesta”, puede ingresar en 1957 en l’École National Supérieur des Beaux Arts de París, mas apenas va a clases, aprendiendo los trucos de la profesión de su jefe de obra, como pintor de brocha gorda, lo que resulta decisivo pues además de venderle los dibujos se convertirá en su marchante tras su regreso a Ourense en 1962. Comienza abriéndose camino en colectivas: Veinte pintores gallegos (‘O Galo’, Santiago, 1961), Arte gallego (Lugo, 1964), Arte actual de Orense (Madrid, 1962) o Muestra de arte gallego (Barcelona, 1965). O Siete artistas gallegos (1965), que apadrina Otero Pedrayo, con el núcleo de “O’Volter”, Quessada, Acisclo y De Dios, participando con su amigo Baltar, proyecto al que se habían unido Buciños y Pousa. Es esta una dinámica que mantiene hasta el final, caso su exposición con Acisclo, Alexandro y Vidal Souto en la Galería lucense La Catedral.

Virxilio desarrolla una simplificación formal, de raíz expresionista, con la utilización un tanto arbitraria del color, de progenie Fauve. Para sus cuadros utiliza como formato característico tablas como soporte, necesarias para sus temas realizados con arenas mezcladas en capas menudas para generar relieve, con pequeñas volutas curvas. Es un efecto que tiene en la base el dibujo, a lápiz o pluma, añadiendo tintas planas aplicadas con intensos colores, efectivo recurso que le identifica, sistema que utiliza asimismo en carteles y portadas de libros. Así para Manuel Alvar, Martín de Riquer, Xesús Rábade, Uxío Novoneyra, o el dedicado a Manuel Luís Acuña, y también para la Gran Enciclopedia Gallega, viñetas y letras capitulares. Destaca asimismo su carpeta de serigrafías del Conde de Gondomar de 1991.

Participó en 1972 en la muestra colectiva de Amnistía del Palacio Real de Milán, Italia, dedicada a España, década en la que reside en la Colonia de la R.F.Alemana. Trabaja y expone allí, en Bonn, Berlín y Frankfurt, que fue la última en 1987, donde surge la temática de los cafés de Jazz. En estas dos décadas logra el artista su estilo más propio y fecundo, con anchas pinceladas redondas que asemejan nubes puntillistas, con Galicia en el centro, desde los temas de vino y vendimiadoras, tan fecundos, o el de las “Cachondas do Paraguay”, que aparecen en las que hace en las Caixas de Ourense y Vigo en 1985; los paisajes de sensaciones de los pescadores de bajura en las rías, una pintura en la que domina la serenidad y la alegría de vivir, una síntesis vital con claves existenciales. Su actividad fue reconocida ya desde comienzo de la década de los años noventa, desde su primera antológica en el Centro Cultural de la Caixa en Vigo, pasando por la de Ourense en 2006 y culminando en Madrid, 2009, de la Xunta de Galicia, aunque el artista, tan discreto cuan largo de talle, gustase más de las pequeñas muestras como la de 2007 en la Casa-Museo de Otero Pedrayo.

En la Colección de Afundación se conservan tres obras sobre papel u un óleo con la temática propia de este artista: paisajes y bodegones.

Limia Gardón