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En una interpretación personal del mundo Románico, el autor expone su particular visión de la peregrinación como un viaje personal del hombre y sus monstruos.
La obra se dispone como un collage, mediante viñetas, a base de retazos, de pedazos que es necesario unir para dar sentido y coherencia a la historia.
El peregrino, simbolizado a través de sus pies descalzos inscritos en un recuadro, se deja acompañar por sus demonios que lo seguirán a lo largo del camino. Centra la composición un animal humanizado, de difícil identificación sobre el que se cabalga un personaje sin rostro. Las imágenes religiosas se completan con otras más irreverentes que parecen tomadas de los canecillos Románicos, figuras extraídas del bestiario medieval, escatológicas y llenas de erotismo. Las formas abstractas tienen cabida en un escenario abigarrado y funcionan como fondo sobre el que se sitúan las diferentes figuras y los recuadros.
Los tonos son asordados y opacos, manteniéndose en el terreno de los cálidos. La pincelada describe manchas, chorreos y goteos pero todo está dominado y controlado por las férrea dictadura del dibujo que perfila, gruesamente y en negro, a la multipicidad de formas y presencias.
El Bosco y Bruegel disfrutarían de la fantasía de este mundo de José Solla donde, como señala Francisco Pablos, "en cada obra descubrimos mil obras".
EXPOSICIONES:
"José Solla. Exposición Antológica". Del 29 de Junio al 15 de Julio de 1990. Palacio Municipal de exposiciones Kiosko Alfonso, A Coruña
"José Solla". Del 3 de Agosto al 2 de Septiembre de 2001. Museo Manuel Torres de Marín, Marín
"José Solla". Del 5 al 30 de Septiembre de 2001. Sala de Exposiciones Caixanova, Pontevedra
"José Solla". Del 4 al 21 de Octubre de 2001. Aula de Cultura Caixanova, Ourense
"José Solla". Del 2 de Octubre al 18 de Noviembre de 2001. Aula de Cultura Caixanova, Estrada
REPRODUCCIONES:
"José Solla. Exposición Antológica". Caixavigo, Vigo, 1990, s.p
"José Solla. Mitos e realidades". Caixanova, Pontevedra, 2001, pág. 29"