ANTÓN PULIDO
Pulido Novoa, Antón
( Bóveda de Amoeiro, Amoeiro, Ourense, 1944 )
Biografía
Licenciado en Bellas Artes en la Escuela Superior de San Jordi, especialidad de pintura y grabado, fue discípulo de Joan Hernández Pijuán. Director y diseñador de la colección de Artistas Galegos, 30 tomos de Nova Galicia Edicións, es hijo predilecto de Amoeiro y Vigués Distinguido. Premio de la Crítica de Galicia en Artes Plásticas y Visuales, 2014, un año después recibe el Trasalba, de la Fundación Otero Pedrayo, a la labor de toda una vida dedicada al arte. En 2013 expone en el sexto edificio del Museo de Pontevedra. Un año después, una muestra antológica en A Fundación revisaba cincuenta años de su pintura, desde sus primeros años impresionistas y expresionistas hasta llegar a la abstracción. Realizó muestras por todo el mundo, entre las que destacan las de Shanghái, Pekín o Seúl.
En los años 60 inicia su singladura expresionista con voluntad de generar un estilo propio. Pinta al hombre popular, labriegos y marineros enmarcados por gruesos perfiles negros, derivados de Nonell, contornos y gestuales trazos que serán una constante en su carrera. A partir de los 70 la huella de Matisse se hace evidente. Baña a la figura y al paisaje de intensos e hirientes monocromos de estirpe fauvista. Sencillas estancias con el icónico elemento de la ventana funden el ambiente interior con el exterior. El hombre pulidiano encarna el principio filosófico de medida de todas las cosas.
En la década de los 80 presenta al ser en soledad, transmitiendo su estado anímico al paisaje. Su pintura delata las inquietudes, dudas y temores de personajes anónimos en medio del camino vital (Camiño Bermello, 1988), al acostarse o levantarse. El artista caracteriza instantes íntimos para acentuar la fragilidad del ser. Nú, alude al aseo personal, motivo que hizo las delicias de artistas como Bonnard, Matisse o Vlaminck. Temas afables y cordiales vertebradores de la esencia humana.
El tránsito a los 90 acentúa la geometría espacial y la intimidad hogareña. Lúa, 1990 o Sono, 1991 recogen la energía vital, pero no menos el drama a través de perspectivas en picado que acentúan las cuitas existenciales. Muller, 1991 representa un cuerpo desnudo tendido y ensimismado. Exhala su anhelo recogido en el grafismo atmosférico. Kermesse, 1991 significa una verdadera transformación en su pintura, la figura se desmiembra y se abstrae. Se exaltan las emociones al punto de que el espectador percibe ritmos, gestos y valores musicales, aunque no renuncia a la presencia figurativa.
Pulido avanza plásticamente hacia temas más pasionales y emocionantes aunque inseguros, reflejo de las contradicciones del ser humano. El desasosiego vital próximo a Eduard Munch se aprecia en Abismo, 1991. Encarna a un ser desconcertado plantado ante su roca Tarpeya, escrutando los límites de las sombras marinas. Conecta con Böcklin, los expresionistas y con la belleza seductora de la atracción del abismo, de la que tratan Rafael Argullol y los románticos alemanes, como Caspar David Friedrich. Las apasionadas gamas intensifican la inminencia de que algo importante puede suceder.
Embriagadores colores envuelven su pintura. Por último, en Vigo, en la Plaza das Apertas, 2015-2016, realiza un proyecto integral con escultura y pintura, creando a nivel urbanístico una sinfonía de color para transmitir la alegría de vivir matissiana. Gamas intensas y vibrantes en azul, rojo o amarillo aportan frescura a la vez que anuncian tiempo de fiesta, regocijo, calma o descanso. Emanan sensaciones positivas para la concordia y el diálogo en un banco curvo que trata de reunir a los ciudadanos en un verdadero locus amoenus.
Fátima Otero
Bibliografía
I MOSTRA Unión Fenosa, MACUF, A Coruña, 1989.
FONTE, R.: Antón Pulido, Xunta de Galicia, Santiago de Compostela, 1990.
FONTE, R.: Antón Pulido, Casa de la Parra, Xunta de Galicia, Santiago de Compostela, 1991.
OTERO PEDRAYO, R.: Pulido, catálogo de la muestra, Caixavigo, Vigo, 1975.