ISAAC PÉREZ VICENTE

El movimiento artístico de Vigo atrae a muchos jóvenes artistas gallegos y se establecen en la ciudad atlántica. Pérez Vicente es uno de ellos, aunque se trata de un temperamento inquieto y, en consecuencia, viajero. Su primera exposición, a la precoz edad de quince años, la realizó en Pontevedra en 1970. Hay después un casi largo silencio hasta que, al comenzar los ochenta, las muestras se suceden en ciudades de Galicia, en Madrid y Barcelona. Otro tanto acontece con las colectivas, desde su primera aparición en la desaparecida Galería Novecento de Vigo. Acude a las Bienales de Pontevedra, a la de Vilanova de Cerveira, en Portugal, y a otras en ciudades importantes de España. La personalidad inquieta de este artista le lleva a ensayar diversos modos de expresión, que van desde el diseño cerámico y el grabado, en el que trabaja en Suiza en el segundo quinquenio de los ochenta, hasta la creación de ámbitos para programas de televisión. En 1985 consigue bolsa de estudios de la Xunta de Galicia y en 1990 el primer premio de diseño de Sargadelos, experiencia de considerable importancia en su trayectoria artística. Así, llega al Museo Maside de Sada. Participa en las muestras de Unión Fenosa, en las que se le adquiere obra. También está representado en la Casa de Galicia de Madrid y en colecciones institucionales de nuestro país. Es muy riguroso a la hora de elegir sala para sus exposiciones personales, dado su vanguardismo indeclinable, incapaz de identificarse con los gustos de las mayorías. Pérez Vicente es un artista multiforme, de imposible clasificación, siempre atento a la vanguardia más rigurosa, si bien sus incursiones responden a una seria meditación de los modos imperantes en cada momento, y habitualmente, muy fugaz. Es imaginativo, con frecuencia sorprendente, explosivo hasta la aparente agresión al espectador con sus formas.