ELENA GAGO
Fernández-Gago Díaz, María Elena
( A Coruña, 1940 - 27 de julio de 2011 )
Biografía
Con unos inicios artísticos autodidactas, Elena Gago perfeccionaría su formación en composición y colorido en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, al tiempo que frecuenta círculos de pintores de los que incorpora a su producción los diversos consejos que le iban facilitando.
Viajera incansable, expuso a nivel nacional e internacional, en ciudades como Nueva York, Madrid, Ginebra, Múnich, Bruselas, Milán, Buenos Aires, Ámsterdam, Tokio, Chigago o París, entre muchas otras, lo que propició que su obra forme parte de varias colecciones corporativas y privadas, cosechando un gran éxito entre el público. Cabe resaltar que su primera muestra, celebrada en A Coruña, contó con el apoyo de Álvaro Cunqueiro, que escribió de sus obras: “Es una pintura vivida, los temas de los cuadros no son buscados, sino que nacen del gusto de la pintora por la vida”. Además, Gago compaginó su faceta creativa con la divulgativa, ya que dedicó gran parte de su tiempo a impartir conferencias y a la edición de ensayos artísticos, así como a la colaboración como ilustradora con algunas revistas como La Estafeta Literaria.
Su estilo, muy característico y reconocible, le sirvió para recrear interiores y alejarse de cualquier corriente artística contemporánea y otorgar a esas escenas un carácter universal, ya que podrían pertenecer a cualquier lugar en un tiempo indefinido. Los especialistas califican su pintura como realista, donde los interiores recreados, tanto domésticos como industriales, se convierten en espacios intimistas que invitan a la reflexión. A lo largo de su trayectoria hay continuidad en temas y estilo, e incluso en varias ocasiones versiona los mismos motivos con distintas gamas de color o diferentes estampados.
Estas arquitecturas interiores le permiten jugar con la luz y la sombra, aportando volúmenes a las composiciones, como se observa en las obras El Piano y El salón, pertenecientes a esta colección, donde los espacios vacíos crean una atmósfera lírica y silenciosa, en la que los objetos como el piano o los cuadros colgados en la pared aluden a la presencia humana, referenciada sin resultar obvia, tratando todo el conjunto con una armonía a la que contribuyen la precisión del dibujo y la elección de las gamas cromáticas. Asimismo, el motivo del piano lo empezó a utilizar en la década de los años 70 y, casi siempre, lo situó en rincones de interiores domésticos, componiendo escenas de carácter íntimo.
La obra titulada Vasijas, fechada al igual que las mencionadas a comienzos de la década de los años 90, continúa esta línea intimista, donde la autora, a modo de bodegón, recrea tres recipientes de barro sobre un fondo indefinido, consiguiendo un efecto casi irreal, ya que parecen flotar en el espacio. En los tres ejemplos queda reflejada la precisión de su técnica, casi próxima al puntillismo, que le permite recrearse en los detalles de los objetos. En estas tres obras mencionadas se aprecia la técnica perfeccionista que empleaba Gago, próxima al puntillismo, un dibujo preciso, juegos de curvas y rectas que contrastan logrando el equilibrio, y unos contrastes de luces y sombras que ayudan a lograr volúmenes y sensación espacial.
Por su parte, la cuarta obra de esta colección, titulada Niños tocando la armónica, se data a comienzos de la década de los 70 y conforma un retrato grupal donde destaca la recreación de la indumentaria informal que visten los cinco chicos, así como la espontaneidad de su acción, recordando a una instantánea fotográfica.
Bibliografía
A ARTE inexistente. As artistas galegas do século XX, Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela, 1995.
ELENA Gago, Palacio Municipal de Exposiciones Kiosco Alfonso, A Coruña, 1987.
ELENA Gago, Concello da Coruña, A Coruña, 2007.