CARMEN DOMÍNGUEZ

Su primera aparición como artista data de una muestra colectiva en su ciudad natal, en 1983, año en que gana premios en certámenes de Pintura Religiosa y de los Casinos de España. Participa al año siguiente en la Bienal de Pontevedra y su obra comienza a recorrer España y cruza el Atlántico, hasta Argentina, donde queda representada en la mansión presidencial del país y se exhibe en la galería Seoane de Buenos Aires. En 1989 fue seleccionada en la I Mostra Unión Fenosa. Expone en A Coruña y es elegida para la representación gallega del quinto Centenario de América, en Sevilla. Una muestra notable entre las suyas fue la que realizó en la Casa de Galicia, en Madrid, en 1995. Sucesivamente lo ha hecho en otras ciudades de España, tanto peninsular como insular. Está representada en los museos de Pontevedra, Granada y Montevideo y en colecciones institucionales de España y Suramérica. Carmen Domínguez ha evolucionado desde un realismo relativamente libre hasta la abstracción geométrica de vaga ascendencia cubista, más implícita en dinamismos posteriores, que emparentan su obra con la de Delaunay y la gran pintura rusa de la diáspora tras la revolución de 1917. De una mancha agrumada, en paisajes abstractivos, llegó a insinuaciones compositivas en las que importaba el ritmo de las líneas. Tangencia igualmente el llamado expresionismo abstracto y la estética del grupo El Paso, y al fin halla su mundo propio, de considerable simplicidad y próximo al constructivismo. Las vagas referencias se rigidizan, se mineralizan. La técnica del collage se integra en sus composiciones, barroquizantes, a un tiempo centrífugas y centrípetas, con polígonos de tonalidades contrastantes que se aproximan, se amontonan y superponen. La simplicidad de Malevich, las irisaciones de Vasarely, el grafismo Zen. Todo se incorpora a esta pintura meditada, intelectual, de cromatismo intenso y hasta explosivo a veces, que también recuerda a Severini y a Duchamp. En definitiva, Carmen Domínguez, que ha visto y reflexionado mucha pintura, alcanza su personalidad diferenciada desde tan variadas referencias, que constituyen para ella un reto del que sabe salir airosa. Esa dinamicidad ondulante y como expansiva semeja la visión de imágenes fugaces en un caleidoscopio de formulaciones multicolores y constantemente cambiantes.