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Modela el barro haciendo surgir de la materia, informe, la figura de una mujer sentada, cubierta con un manto, que sostiene a un niño en los brazos. La escultura nace con un aspecto de obra casual, con formas fluidas y contornos imprecisos. Como si la luz, al deslizarse por la superficie áspera del material, absorbiese los detalles, y fuera el ojo, que la observa, el encargado de reconstruir la obra.
Exposiciones
«Sala de Arte C. A. M. V.» 1975 en el Centro Cultural.
