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El color define la línea del horizonte, separando el cielo del mar, con una gradación de grises, sienas y marrones con los que capta la profundidad del paisaje, envuelto en una atmósfera neblinosa que diluye las formas. La pincelada deja la huella sobre la superficie de la tela con delicado efecto.
Exposiciones
«Artistas Gallegos en la Colección Caixavigo», itinerante, Museo M. de Ourense, Museo do Pobo Galego, Santiago, Kiosko Alfonso, A Coruña, noviembre y diciembre de 1988, enero de 1989; «Artistas Galegos na Colecçao Caixavigo», del 29 de junio al 13 de julio de 1989, Casa D. Hugo, Porto.
