SANTA MARÍA Y CAMPILLO
Comentarios
La fachada renacentista de la Basílica de Santa María se erige en emblema para demostrar la belleza y la nobleza del casco histórico de la ciudad de Pontevedra.La panorámica de la urbe se dispone escalonada. La iglesia, con su portada y su campanario domina la composición, tanto en altura como en ubicación, obligando a reordenar el resto de elementos en el espacio a partir del destacado núcleo central. El burgo, con las casas apiñadas, amontonadas, rodeadas de callejuelas estrechas, conserva todavía ejemplos de la arquitectura tradicional, viviendas con soportales y casas de patín, típicas de la zona costera.
El cromatismo triste muestra una clara preferencia por las tonalidades tostadas. Los ocres, los verdes y, sobre todo, el blanco transmiten una gran melancolía, reforzada por una pincelada empastada y grumosa que genera texturas y capta, casi con desgana, lo bravío del granito encalado de las casas mariñeiras. La luz se rinde a la presencia monumental del edificio creando un aura a su alrededor, otorgándole el don de replegar los celajes y de retrasar la inevitable amenaza de un cielo tormentoso.