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Esta obra del artista Camilo Otero, uno de los artistas gallegos más relevantes del s. XX, destaca por su personalidad en el dibujo y fuerza expresiva.
Una composición en la que se aprecia un estilo neofigurativo que se caracteriza por la presencia de una figura humana aislada que se funde con el espacio.
El fondo se entiende como una prolongación de la mujer. Un dibujo lleno de trazos en el que se distingue un cromatismo intenso, que juega con los claroscuros, reforzado por los rojos y amarillos. Destaca el rostro del hombre situado sobre la cabeza de la mujer.
Una mujer que expresa sentimientos de dolor o angustia debidos a una pérdida. Su rostro, la copa en la mano y un corazón que envuelve la cabeza del hombre dan a entender su soledad, su situación de abandono.