ELOGIO DE LA SOMBRA
Comentarios
El maniqueismo, la presencia de la luz y la oscuridad, del orden y del desorden, de lo horizontal y lo vertical, parecen dominar toda la composición dividida en dos espacios claramente delimitados.La tela sugiere la descripción de un amanecer, de un mundo que está sometido a las tinieblas esperando a inundarse de luz, que se anuncia tímidamente en la zona superior, compuesta por una franja de suave color amarillo sumiendo, a la zona inferior donde se desarrolla la obra, en un negro absoluto.
El bodegón es de una gran sobriedad, frente a la luminosa línea del horizonte, la superficie negra es un campo en el que presentar las dos naturalezas, una verde y viva, simbolizada en un cactus enmarcado en un ordenado rectángulo negro y una naturaleza más sobria y caduca, interpretada por los higos y las vainas, que se disponen sobre una mancha de barniz que se derrama sobre el lienzo, como dispuestas para ser sembradas en un surco de tierra.
La monocromía es la nota dominante en una obra en la que únicamente destacan el tono amarillo y el verde de la planta. La oposición no solo se experimenta en la selección cromática sino en la disposición vertical del cactus, del motivo iconográfico vivo que busca la luz, frente a la concepción horizontal de la composición.
La factura es acabada, con una pincelada limpia, imperceptible, solo violentada en la superficie oscura y mate por la mancha de barniz que se desparrama aumentando los valores lumínicos de la pieza.
La obra exige una interpretación desde la emoción plástica, intentando captar la armoniosa relación entre arte y poesía, entre la belleza y el sentimiento.