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Esta obra, pareja de la anterior y perteneciente a su misma serie, está enmarcada, igual que su compañera, con un cristal protector que deja un espacio vacío en torno al papel como si estuviera expuesta dentro de una vitrina. También aquí se sirve de la imagen de un pez bajo una mancha de materia líquida grasienta, para mentalizar a la gente en contra de los residuos industriales que se envían al oceáno.
Exposiciones
Nueva Sala de Exposiciones Caixavigo, octubre 1997.