Comentarios
La composición se organiza con formas que evocan las maniquies de una tienda. Uno, vestido con chaqueta de solapas y corbata, otro, sin ropa, como una sombra, entre pequeñas nubes que también flotan en otros puntos del cuadro. Juega con guiños irónicos como el toc-toc de un corazón y la dicotomía blanco-negro, día y noche, obligándonos a poner la imaginación de nuestra parte para soñar. Son imágenes propias de un escaparate urbano, que forman parte del repertorio icónico del pop-art.