MANUEL VIOLA
Viola Gamón, José
( Zaragoza, 18 de mayo de 1916 - San Lorenzo del Escorial, Madrid, 8 de marzo de 1987 )
Biografía
Fascinante, disparatado, derrochador, angélico o demoníaco, ave nocturna, animador de cotarros, luminaria de voz rota por cien relentes y mil alcoholes, Viola fue el máximo exponente del expresionismo informalista español de los años 70-80, admirado, denostado, imitado, mal copiado hasta la saciedad y hasta el punto de que el múltiple Viola que él mismo quiso ser, y a lo que ayudaba con los juegos a que sometía a su nombre, se multiplica en obras apócrifas o simplemente falsas que llevan su firma, cresta agresiva en sus gallos pendencieros, dichos con cuatro trazos, con rachas de fuego exterminador, con centellas etéreas de fascinación
Desde muy joven siente pasión por el arte y simultanea la poesía, el dibujo y la pintura, en modos surrealistas. En los años de la República se traslada a Barcelona y toma contacto con el grupo ADLN. Son difíciles los años de la guerra civil, al concluir la cual se traslada a Francia, para instalarse en París y hacer amistad con Picasso y los surrealistas, en cuyas publicaciones semiclandestinas participa. En 1944 comienza a pintar al óleo, encontrándose en Normandía. Regresa a París al concluir la contienda mundial y expone con los famosos más avanzados, entre ellos Picabia y Hartung. En 1949 retorna a España y expone en Madrid en 1953 una pintura sorprendente para su tiempo, anticipadora de modos que intentarán los del grupo El Paso poco después, entre ellos Saura. En 1958 se vinculará a ese famoso grupo. Acude a bienales internacionales, como la de Venecia y la de Ecuador.
Sus exposiciones se suceden. Aparece en programas de televisión y es capaz de pintar un cuadro en media hora, ante el público, mientras pronuncia interminables y casi incomprensibles discursos con su voz de cantaor flamenco en jubilación forzosa, que ha imitado a Manolo Caracol.
Intelectuales de renombre son sus amigos. Inolvidables resultan las noches, hasta el alba, en su estudio, con pintura, versos, discusiones y libaciones sin fin.
Se suceden sus exposiciones, como decimos, y hay demasiados Violas en todas partes, porque su éxito conduce a la falsificación, dada la aparente facilidad con que se pinta un Viola. Sin embargo, su toque genial, esa explosión contenida de sus abstracciones; ese como hurgarle a la entraña de un volcán, el de su temperamento y corazón, hasta que surge la lava, la materia viscosa y quemante, el magma, es única, irrepetible, en la pintura española.
No todo Viola es de la misma calidad. En la última etapa de su vida se imitaba a sí mismo. Sin embargo, tiene un puesto indiscutible en la historia de la pintura española de la segunda mitad del siglo XX.
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Fascinante, disparatado, derrochador, angélico o demoníaco, ave nocturna, animador de cotarros, luminaria de voz rota por cien relentes y mil alcoholes, Viola fue el máximo exponente del expresionismo informalista español de los años 70-80, admirado, denostado, imitado, mal copiado hasta la saciedad y hasta el punto de que el múltiple Viola que él mismo quiso ser, y a lo que ayudaba con los juegos a que sometía a su nombre, se multiplica en obras apócrifas o simplemente falsas que llevan su firma, cresta agresiva en sus gallos pendencieros, dichos con cuatro trazos, con rachas de fuego exterminador, con centellas etéreas de fascinación
Desde muy joven siente pasión por el arte y simultanea la poesía, el dibujo y la pintura, en modos surrealistas. En los años de la República se traslada a Barcelona y toma contacto con el grupo ADLN. Son difíciles los años de la guerra civil, al concluir la cual se traslada a Francia, para instalarse en París y hacer amistad con Picasso y los surrealistas, en cuyas publicaciones semiclandestinas participa. En 1944 comienza a pintar al óleo, encontrándose en Normandía. Regresa a París al concluir la contienda mundial y expone con los famosos más avanzados, entre ellos Picabia y Hartung. En 1949 retorna a España y expone en Madrid en 1953 una pintura sorprendente para su tiempo, anticipadora de modos que intentarán los del grupo El Paso poco después, entre ellos Saura. En 1958 se vinculará a ese famoso grupo. Acude a bienales internacionales, como la de Venecia y la de Ecuador.
Sus exposiciones se suceden. Aparece en programas de televisión y es capaz de pintar un cuadro en media hora, ante el público, mientras pronuncia interminables y casi incomprensibles discursos con su voz de cantaor flamenco en jubilación forzosa, que ha imitado a Manolo Caracol.
Intelectuales de renombre son sus amigos. Inolvidables resultan las noches, hasta el alba, en su estudio, con pintura, versos, discusiones y libaciones sin fin.
Se suceden sus exposiciones, como decimos, y hay demasiados Violas en todas partes, porque su éxito conduce a la falsificación, dada la aparente facilidad con que se pinta un Viola. Sin embargo, su toque genial, esa explosión contenida de sus abstracciones; ese como hurgarle a la entraña de un volcán, el de su temperamento y corazón, hasta que surge la lava, la materia viscosa y quemante, el magma, es única, irrepetible, en la pintura española.
No todo Viola es de la misma calidad. En la última etapa de su vida se imitaba a sí mismo. Sin embargo, tiene un puesto indiscutible en la historia de la pintura española de la segunda mitad del siglo XX.
Bibliografía
-Bonet, Juan Manuel y Guigon, Emmanuel: Viola esencial.
Vigo, Caixavigo, 1994.
-Gaya Nuño, J.A.: La pintura española del siglo XX.
Madrid Ibérico Europea de Edic., 1970.
-Campoy, A.M.: Diccionario crítico del Arte español contemporáneo.
Madrid, Ibérico Europea de Edic., 1973.
-Moreno Galván, J.M.: Introducción a la pintura española actual.
Madrid, Pub. Españolas, 1960.
-Bias, J. de: Diccionario de pintores españoles contemporáneos.
Madrid, Estiarte edic., 1972.
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-Bonet, Juan Manuel y Guigon, Emmanuel: Viola esencial.
Vigo, Caixavigo, 1994.
-Gaya Nuño, J.A.: La pintura española del siglo XX.
Madrid Ibérico Europea de Edic., 1970.
-Campoy, A.M.: Diccionario crítico del Arte español contemporáneo.
Madrid, Ibérico Europea de Edic., 1973.
-Moreno Galván, J.M.: Introducción a la pintura española actual.
Madrid, Pub. Españolas, 1960.
-Bias, J. de: Diccionario de pintores españoles contemporáneos.
Madrid, Estiarte edic., 1972.