RAMÓN VINYES

A comienzos de los años sesenta se forma en Ingeniería en la Escuela Industrial de Terrassa, en Arquitectura en la Escuela de Aparejadores de la UPC de Barcelona, y en Diseño Industrial, de la mano de Santiago Pey Estrany, en la Escuela Massana de Artes Suntuarias de la ciudad condal. Hacia mediados de los sesenta, cuando todavía no contaba con dieciocho años, ya compagina la pintura con la escultura. Expone su obra a finales de los sesenta en la Galería René Metrás de Barcelona ─referente de la vanguardia─, con el grupo de Nuevas Tendencias Estéticas, y realiza su primera muestra individual en la Galería As de Barcelona en 1970. Ese mismo año funda Ismo Unidad Plástica, un estudio de diseño en el que lleva este campo a la categoría de obra plástica a través de la experimentación con diversos materiales industriales. Tras esta experiencia, funda en 1975 el colectivo Foto Agencia Gráfica, dedicado a la fotografía de prensa y publicitaria. Entre 1983 y el año 2000, ejerce como CEO de Master Design, empresa dedicada a la realización de proyectos de imagen corporativa, desarrollo de producto, identificación urbana o entornos de trabajo y arquitectura. Compagina su faceta artística con otros trabajos hasta que decide, partir del año 2003, centrarse de manera exclusiva en el universo escultórico, con la colaboración del historiador y crítico Kosme de Barañano. Desarrolla su carrera artística principalmente en Cataluña e Italia, donde su obra se encuentra representada en diversos espacios arquitectónicos, así como en colecciones oficiales y privadas.             

Personaje multifacético, de espíritu vanguardista, tanto en su obra pictórica como escultórica trabaja con materiales diversos y se mueve entre lo abstracto y lo figurativo con un gran protagonismo de la geometría. En la pintura se expresa a través de un lenguaje vinculado al cinetismo, y en las tres dimensiones destaca su afán investigador de la perspectiva, así como de la relación entre el lleno y el vacío, a través de una poética vinculada principalmente al expresionismo, con materias y técnicas industriales, que parece evocar a Pablo Gargallo y a Julio González ─introducen el hierro forjado en la escultura moderna─. 

En la Colección Afundación figuran cinco obras pictóricas y cinco obras escultóricas del creador catalán. En las pinturas muestra esa voluntad de crear sensación de movimiento propia del arte cinético, en base a elementos geométricos, así como un vínculo con la pintura constructivista. En Mujer envanecida juega con la línea, que repite de manera paralela en diversos grupos, con los diferentes planos y con el color, vivo y contrastado, para sugerir una figura femenina. En la serie Grafismo desarrolla una serie de variaciones sobre una idea común; en este caso, emplea un cromatismo muy sutil y neutro con protagonismo del negro en unos trazos continuos que siguen diferentes y complejas direcciones de tal forma que configuran composiciones abstractas en las que no es posible hallar límites a nivel espacial, ni tampoco orientación; el resultado parece recordar a  una vidriera. En las obras escultóricas aborda la figura humana desde una visión esquemática y geométrica, con un acento lírico, y logra unos resultados sorprendentes a través del ensamblaje de finas chapas de hierro forjado. En Cabeza de hombre y Cabeza de mujer representa unas cabezas de esbeltas proporciones; y tanto en los conjuntos para pared Trío de cuerda y Trío de viento como en Niña con flor leyendo da muestras de su virtuosismo a la hora de reducir la chapa en finas tiras y lograr formas insólitas, especialmente en el cabello de la muchacha.