RAÚL VELLOSO

Testimonia el artista, evidentemente con orgullo, que cuando residía en Barcelona y contaba pocos años, se encontró a la puerta del Museo Picasso con el gran pintor informalista Antoni Tápies, quien le animó a pintar, siguiendo su vocación muy libre, de autodidacta, interesándose por una obra incipiente, pero que ya manifestaba personalidad singular.

Comenzó a exponer en Vigo, en un café de encuentro de pintores, en 1995. Ese mismo año exhibió su obra en la Casa gallega de Barcelona, e inmediatamente saltó a la prestigiosa galería René Metras de la ciudad condal. Su actividad, desde entonces, fue constante, en Cataluña, Mallorca, Galicia, hasta que saltó a Suiza, Portugal y París. Su postrer exposición, en el Centro Social de Caixanova, en el 2004, confirmó a un artista distinto, capaz de unir tradición y vanguardia, dentro de una relativa figuración, considerablemente fantaseada.

Obtuvo menciones en el concurso internacional de Arte Joven de la famosa sala Parés de Barcelona y en el organizado por la Generalitat de Cataluña. Actualmente su obra está expandida por diversas ciudades europeas.

El paisajismo de Raúl Velloso muestra concomitancias con la ilustración. Semeja contamplar la realidad como al través de un espejo deformante, que expande los volúmenes, ondula las líneas y caricaturiza la realidad, dotándola de un encanto inefable.

Le ha influído el post cubismo, el dadá y acaso Fernand Léger. Su ejecución es primorosa, aunque parezca descuidada, con modos de bordado de tapiz, en superfices compartimentadas y contrastantes de color.