JESÚS VALMASEDA

El artista toledano vive desde muy joven en Galicia, donde realiza estudios de formación profesional, y se inicia en el universo artístico junto al escultor Raúl Comesaña. Su afán viajero lo lleva a México, donde reside durante un tiempo. Luego regresa a Galicia y se instala definitivamente en el entorno rural de Covelo, en Pontevedra. En 1984 realiza su primera muestra individual en la Casa da Cultura de Vigo, a la que le siguen muestras tanto individuales como colectivas fundamentalmente en las principales ciudades gallegas, así como en Madrid, Cuenca, Toledo, Barcelona, Francia o Portugal; asimismo interviene en la feria de arte contemporáneo ARCO en repetidas ocasiones. Recibe una beca de la Xunta de Galicia en 1989, y también obtiene diversos galardones de escultura y arquitectura en Galicia y Castilla-La Mancha. Se encuentra representado en las colecciones de la Fundación Rodríguez Iglesias de A Coruña, Concello de Covelo, Museo de Ourense, Museo Municipal de O Barco de Valdeorras, o en las de museos de Castilla-La Mancha. Comparte su vida junto a su pareja, la artista Rosalía Pazo Maside, con quien colabora en numerosas ocasiones a nivel artístico.

Su trabajo, que abarca la escultura —su principal faceta—, intervenciones site specific y pintura, está caracterizado por la cohesión tanto a nivel plástico como conceptual; su principal preocupación es la investigación de los aspectos formales y materiales, y en su discurso —intenso en cuanto a concepto— destaca su compromiso con la realidad y su espíritu crítico. Se sirve de diversos elementos —materiales que encuentra a su alrededor, normalmente sobrantes de otros trabajos— como la madera, el hierro, uralita, acero, cartón, papel o cristal para realizar sus obras basadas en el rigor formal y en la estructuración geométrica. Cabe resaltar también sus obras de carácter público, entre otras, unas monumentales y funcionales chimeneas en acero en Vigo y Santiago de Compostela, así como sus múltiples intervenciones escultórico-funcionales en arquitectura e interiores; trabajos que le han reportado importantes premios. Como una suerte de compilación de su labor multifacética, construye él mismo muy poco a poco su propia casa-taller, sin duda su proyecto más ambicioso.

En la Colección Afundación figuran dos obras del autor. La obra Sin título presenta una forma cuadrada, conformada por nueve piezas en formato cuadrado y rectangular que contienen círculos, y en el centro, una sugerida pirámide azteca; evoca su etapa mejicana y evidencia la importancia de la arquitectura en su trabajo. Somete a la superficie a un tratamiento químico que genera un rico juego textural y cromático en una composición dominada por la geometría y el constructivismo, que parece emparentar con la escultura. Histonomía (1997), que significa «disección de los tejidos orgánicos», pertenece a la serie Visión epidérmica, de la que el artista afirma: «Todo lo que se ve es superficie». Las obras de esta serie rezuman ironía y son ricas en juegos texturales, materiales —en este caso, entre el cartón quemado y la madera—, y formales en relación con sus títulos.