ANTONI TÁPIES

Miembro de una familia burguesa aficionada al mundo de la cultura, su infancia transcurre en un ambiente abierto y estimulante. En 1934 inicia los estudios de Bachillerato en Barcelona. Su interés por el arte contemporáneo nace a los once años de la lectura del número que la revista D`aci y d`allà dedica a las vanguardias. Su juventud está marcada por la Guerra Civil y por una enfermedad pulmonar que le recluye en un sanatorio (1942-43). Ahí cultiva la lectura, la música, el dibujo y la pintura (fundamentalmente copia reproducciones de Van Gogh y Picasso). En 1944, alentado por su padre, abogado de profesión, comienza a estudiar Derecho; abandona poco antes de terminar para dedicarse a la práctica artística. De formación autodidacta, únicamente estudió por un periodo breve en la Academia de Nolasc Valls. Es cofundador de la revista y movimiento Dau al Set (1948-1951), liderado por su amigo Joan Brossa. En 1948 expone por primera vez en el I Salón de Otoño de Barcelona y un año más tarde realiza su primera exposición individual en las Galerías Layetanas. Al año siguiente, becado por el Instituto Francés, se traslada diez meses a París. A partir de 1952 entabla una relación profesional con la mítica marchante Martha Jackson, que le abre las puertas del mercado internacional. En 1954 se casa con Teresa Barba, con la que tendrá tres hijos, y en 1955 funda, junto a otros compañeros, el grupo Taüll. Su intensa actividad expositiva le lleva a exhibir su obra en los más destacados espacios a nivel mundial. En 1992 inaugura en Barcelona la Fundación Antoni Tàpies. Es considerado uno de los artistas catalanes más internacionales, y ha sido galardonado con destacados premios como la Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña (1983), el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1990), la Medalla Picasso de la Unesco (1993) o el Premio Velázquez de Artes Plásticas (2003). Asimismo, en 2010 obtiene el título de marqués de Tàpies.

Pintor, grabador, escultor y teórico del arte español, en su primera etapa junto al grupo Dau al Set sus obras se encuadran dentro de un surrealismo figurativo con influencias de Joan Miró y Paul Klee. A partir de su alejamiento del grupo, en 1951, experimenta la abstracción geométrica para evolucionar hacia el informalismo y dentro de éste a la “pintura matérica”. Emplea materiales de desecho (polvo de mármol, papel, paja…) que le confieren a las piezas aspecto de muro —en paralelismo con su apellido— y una paleta austera en ocres, marrones, grises, beiges y negros; tonalidades que relaciona con aspectos filosóficos interiores al ser humano. Su personal iconografía la conforman cruces, letras, figuras geométricas, signos… cuya intencionalidad alegórica alude a cuestiones existenciales como la vida y la muerte, la soledad, la incomunicación o la sexualidad. En los setenta realiza sus primeras creaciones escultóricas mediante la técnica del ensamblaje, y en los ochenta desarrolla un trabajo más íntimo y personal con bronce y tierra cocida.

Especial interés tiene su producción como grabador. En Objectes (1980) constatamos su tendencia a mezclar distintas técnicas. Sobre un fondo en tonalidades marrones se insertan dos cruces negras y unos signos blancos, de gran densidad matérica, que componen una fórmula matemática cuyo resultado se encuentra cifrado. La conjunción de sus elementos iconográficos característicos (círculo, cruz, t, signos) evidencia la intencionalidad simbólica de la pieza al tiempo que evoca elementos del grafiti. Dos aguafuertes de comienzos de los ochenta completan su obra en la Colección Afundación; en ellos se reconocen figuras geométricas, trazos gestuales y las huellas características de su lenguaje plástico.