RAMIRO TAPIA

A través de su madre, aficionada a la astrología, descubre un mundo lleno de fantasía y su abuela le inculca su afición por el arte. Reside desde muy temprana edad en Madrid, donde inicia la carrera de Arquitectura en 1949, que compagina con las clases en la Academia de Dibujo de Enrique López-Izquierdo, donde coincide con futuros grandes arquitectos. Un año más tarde, se integra en el círculo de la vanguardia madrileña, participa en sus primeras muestras colectivas, y se forma en Modelado con Ángel Ferrant en la Escuela de Artes y Oficios. En 1952 decide abandonar de manera definitiva la carrera de Arquitectura para dedicarse exclusivamente al arte. Participa en 1954, y gana un premio, en el I Concurso de diseño para estampados a mano sobre telas de decoración organizado por la firma Gastón y Daniela, donde conoce a su promotor, Will Wakonigg, con quien inicia una colaboración en el ámbito decorativo y del diseño textil. Se convierte en director artístico de diversas empresas, realiza importantes proyectos de pinturas murales, y tiene la oportunidad de viajar a Francia, Suiza e Italia, donde conoce en directo la obra de Klee ─fundamental en su vocación pictórica, junto con Arthur Rackhan y Aubrey Beardsley─. En 1964 funda el Movimiento Flor con otros artistas como Carmen Santonja o Adolfo Arrieta, y realiza su primera muestra individual en la Galería Marco Polo de Madrid tres años más tarde. En 1980 inicia su relación con la Galería Theo de Madrid, y su obra adquiere una amplia proyección internacional. Participa en la Expo de Sevilla de 1992, y hacia finales de los noventa en destacadas ferias de arte contemporáneo como EuropArt, o ARCO, en numerosas ediciones. Ha obtenido galardones como el segundo premio de Pintura en la Bienal Internacional de Bayona (Francia, 1961), la medalla de plata en el Salón Nacional de Pintura de Alicante (1967) o el primer premio y medalla en el Bicentenario de la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy (Salamanca, 1984). Su obra ha recorrido Europa, América y Asia, y figura en colecciones nacionales como la del MNCARS, Colección BBVA o la del Museo Provincial de Salamanca, así como en colecciones internacionales.     

Artistas de espíritu inquieto, a comienzos de los cincuenta realiza una pintura figurativa que denomina «simbolismo lírico» o «realismo mágico», para evolucionar hacia un periodo abstracto (1961-1964), dominado por el esquematismo y la carga conceptual, en el que reside en Salamanca. Tras su vuelta a Madrid, retorna a la figuración y desarrolla su obra en series muy vinculadas al universo surrealista. Se define como «un pintor simbolista y magicista con tendencia al esoterismo» y asegura: «He pasado por varias etapas que variaban en función de mis estados de ánimo». Entre sus referentes, además de los mencionados anteriormente, destacan maestros de las escuelas holandesas del Gótico Tardío y Renacimiento como Van Eyck o El Bosco, y del siglo XVI, Brueghel.  

En la Colección Afundación figuran dos obras pictóricas del autor fechadas en 1971. Tanto en Espora Metamórfica como en Erizo planeta, destacan sobre fondos oscuros unos elementos como una suerte de singulares objetos, «formas inventadas en continua metamorfosis», que parecen flotar en el espacio sobre misteriosos paisajes en los que no se adivina presencia humana alguna. Parte siempre de «una concepción fantástica de la realidad», de manera que se adivina en ambas composiciones su característica «lírica mágica» de gran carga simbólica, así como una armonía cromática ─con predominancia de tonalidades neutras─, un dominio del dibujo y un juego textural.