MANUEL MOLEZÚN

Nace en A Coruña y con ocho años se traslada a Madrid, donde más tarde establecerá su residencia. Allí estudia Medicina y ejerce la profesión durante quince años. Destacado atleta, representa a España en la Olimpiada de Londres de 1948. Entre 1950 y 1953 realiza viajes de estudios a París y Roma que lo ponen en contacto con el ambiente artístico europeo. En 1955 decide abandonar la medicina para dedicarse profesionalmente al arte, un año antes había realizado su primera exposición en la Sala de la Dirección General de Bellas Artes y había ganado el gran premio de interiorismo en la Trienal de Milán de 1954, donde realiza el montaje del pabellón español —un trabajo de integración de arquitectura, interiorismo, pintura, escultura y joyería— junto con su primo, el arquitecto Ramón Vázquez Molezún, y con el escultor Amadeo Gambino, con los que conforma el grupo MoGaMo. En sucesivas ocasiones explora las artes aplicadas y —de un modo concreto— la composición de vidrieras, que, en parte, constituye el antecedente de su pintura. En 1956 obtiene el primer reconocimiento internacional de su obra con la medalla de oro de vitral en la Bienal Internacional de Arte Sacro de Salzburgo por sus vidrieras de hormigón. Desde ese momento realiza numerosas vidrieras, paneles y murales para edificios públicos como universidades, hospitales, iglesias o aeropuertos en España y en el extranjero. Expone su pintura en numerosas muestras en territorio nacional e internacional y, de manera paralela a su faceta creativa, desenvuelve durante muchos años una renovadora labor docente como profesor de teoría del color en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. En Galicia, consolida su prestigio en el año 1992 con una muestra en el Centro Cultural Caixavigo dentro de la serie Grandes Artistas Gallegos. Considerado uno de los creadores gallegos contemporáneos de mayor renombre internacional, su obra se encuentra representada en las más importantes colecciones de arte contemporáneo nacionales e internacionales.

Artista multidisciplinar, cultivó desde el diseño para estampados en tela, a las vidrieras o murales. Su pintura vinculada a la abstracción geométrica bebe del cubismo —él clasifica su estilo como neocubismo. Compone sus trabajos sobre formas geométricas superpuestas en diferentes capas y ángulos, a modo constructivista. Los objetos se recrean en términos geométricos, con una gama cromática restringida dominada por el negro. A medida que transcurre el tiempo su producción se torna más sintética y se reducen la materia, los juegos de luces y las veladuras.

En la Colección Afundación hallamos cuatro obras: dos acrílicos sobre tabla y dos obras sobre papel con técnica mixta. Las pinturas sobre madera, de 1975 y 1990, son composiciones —el autor no pone título a sus creaciones y se refiere a ellas como “composiciones”— abstractas de formas geométricas estructuradas en diversos planos, con tonalidades sobrias de marrones, negros y blancos. La madera juega un papel esencial. En la composición de 1983, sobre papel, construye un espacio pictórico en el que se sirve de blancos, morados y negros de manera que convive una estructura de planos geométricos con elementos espontáneos como brochazos o goteos; y la composición fechada en 1974, se estructura en dos zonas diferenciadas: una en negros y ocres —construida con gran precisión— y otra en la que domina la gestualidad de rojos y amarillos. Todas ellas comparten la característica libertad en su composición, así como el empleo de las conocidas veladuras de Molezún.