SUSANA SOLANO

Asegura haber sentido una temprana curiosidad hacia el arte, que le llevará a formarse en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, donde se matricula en 1974 y en donde desarrolla asimismo una labor docente desde 1981 hasta 1987. Realiza su primera muestra individual en la Fundación Miró de su ciudad natal en 1980, y destaca su participación tan solo cuatro años más tarde en la muestra colectiva «En tres dimensiones» (1984) en la Fundación “La Caixa” de Madrid, en la que expone junto con artistas de la talla de Eva Lootz, Mitsou Miura, o Miquel Navarro, con quien expone también en 1986 en la Serpentine Gallery de Londres. En su trayectoria sobresale su precoz y abrumadora proyección internacional, pues su obra ha recorrido medio mundo, y ha participado en destacados certámenes internacionales como la VIII y IX Documenta de Kassel (1987 y 1992), XLIII y XLV Bienal de Venecia (1988 y 1993), XIX Bienal de Sao Paulo (1987) o en el Carnegie Internacional de Pittsburg (1988). Entre sus galardones resaltan el Special Prize del Utsukushi-ga-Hara Open Air Museum de Tokio (1985), Premio Nacional de las Artes Plásticas (1988), Premio CEOE a las Artes (1996), Premio Tomás Francisco Prieto de la Real Casa de la Moneda (2011), el Premio Honorífico GAC por su trayectoria artística (Barcelona, 2015) y Mestres. La cadena del FAD (Barcelona, 2018). Su obra se encuentra representada en las más importantes colecciones a nivel internacional como la del MNCARS, MACBA, IVAM, Guggenheim Bilbao, Fundación Serralves de Oporto o la del MoMA de Nueva York, entre muchas otras, así como en múltiples colecciones particulares.  

Considerada una renovadora del arte escultórico español, junto a creadores como Cristina Iglesias o Jaume Plensa, a lo largo de su trayectoria ha seguido una línea multidisciplinar en la que ha abordado desde la coherencia la escultura, instalación, fotografía, pintura, dibujo, obra gráfica, video, joyería o el mobiliario. Su principal fuente de inspiración se halla en la naturaleza ─sostiene que el paisaje, el agua, son temas recurrentes en su imaginario─ y se nutre de sus experiencias en la infancia y de sus viajes ─siente predilección por África─ para crear. Comienza su actividad artística centrada en la pintura, aunque ya hacia mediados de los años setenta aborda la escultura ─disciplina a la que asegura haber estado siempre más vinculada y que le reportará mayor reconocimiento─. Con una notable influencia de la mejor tradición escultórica española ─Chillida, Oteiza o Julio González─ y de la Antigüedad, progresivamente se aproximará al minimalismo, para desarrollar una obra en la que el espacio y el vacío juegan un papel principal, así como los materiales, que asegura escoger en función de lo que quiere expresar, aunque el hierro es de manera indiscutible el más empleado. En sus obras escultóricas de carácter público ha colaborado con reputados arquitectos como Hans Hollein, José Acebillo, Ignacio Linazasoro o Rafael Moneo. 

En la Colección Afundación figura un aguafuerte de la artista catalana fechado en 1987. La obra gráfica constituye una disciplina que tiene un especial interés dentro de su corpus artístico; explora diferentes técnicas como el aguafuerte, el aguatinta o la litografía. En este caso, emplea una gama cromática muy reducida ─un papel gris como soporte y el color negro de la tinta─ y a través de una poética, que tiende a lo ingenuo, compone un espacio en base a un concepto clave del minimalismo como es la repetición. De este modo, una silla aparece repetida, así como una serie de rectángulos alrededor de un círculo negro; elementos que parecen evocar su niñez, tan importante en su personal universo creativo.