SOLEDAD SEVILLA
Sevilla Portillo, Soledad
( Valencia, 1944 )
Biografía
Estudia en la Academia de Bellas Artes de Sant Jordi en Barcelona entre 1960 y 1965, y entre 1969 y 1971 amplía su formación en el Seminario de Generación Automática de Formas Plásticas del Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid. Obtiene las becas de la Fundación Juan March (1980) y del Centro de Promoción de las Artes Plásticas e Investigación de las Nuevas Formas Expresivas (1980), así como la del Comité Conjunto Hispano Norteamericano para Asuntos Culturales y otra de la Universidad de Harvard, que le llevan a residir en Boston entre 1980 y 1982. En 1968 participa por primera vez en una muestra colectiva, en la galería Eurocasas de Madrid, y en 1969 realiza su primera exposición individual en la galería Trece de Barcelona. A partir de este momento expone en numerosas ciudades españolas, así como en diversas ciudades de Europa y América. Ha sido galardonada con el Premio Nacional de Artes Plásticas (1993), la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2007), el Premio José González de la Peña, Barón de Forna, de La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (2007) y el Premio Arte y Mecenazgo (2014), entre otros. Su obra forma parte de renombradas entidades tales como el MNCARS, el Künstmuseum de Malmö, el Museo Marugame Hirai de Arte Español Contemporáneo de Japón o el Parlamento Europeo.
Soledad Sevilla es una artista cuya obra se caracteriza principalmente por pinturas de gran formato -se considera ante todo pintora- e instalaciones que se sitúan entre las fronteras de la arquitectura, el land art y la escultura, en las que explora relaciones entre luz, materia y espacio. A finales de los sesenta —momento en que comienza su carrera artística— busca encontrar un estilo diferente del informalismo y expresionismo imperantes en el arte español del momento como rechazo a la enseñanza académica recibida. Es cuando explora el Arte Normativo (movimiento basado en la forma seriada, la pureza cromática y el atonalismo), y su obra de esta época posee un carácter serial y geométrico con gestos e imprecisiones que personalizan cada pieza. Posteriormente, evoluciona hacia una abstracción más lírica, en la que busca el diálogo entre lo emocional y lo racional, y usa la geometría como herramienta para el análisis espacial. En los ochenta centra su trabajo en la investigación del paisaje como una memoria cultural y vivencial a través de sutiles tramas y retículas. Hacia mediados de los ochenta realiza sus primeras instalaciones, como medio de expresión complementario a la pintura. En sus instalaciones recurre a temas como la condición femenina, la muerte y el devenir del tiempo, siempre ligados a la poesía; busca emocionar plásticamente. Hacia finales de los noventa desaparece la retícula de sus obras, si bien persiste una cierta idea geométrica, e inicia una etapa más orgánica en la que además cambia el acrílico por el óleo; estos cambios formales se producen, además de por razones fisiológicas, por la vida personal de la autora.
En la Colección Afundación se encuentra una obra de la serie Insomnio, en la que la artista juega con elementos imprescindibles en su producción: la luz y la interrelación entre la realidad y la ficción. “El muro” se extiende hasta los límites del cuadro dilatando el espacio con la belleza de la pintura. En su trayectoria también hay lugar para la obra gráfica. hallamos un aguafuerte-aguatinta perteneciente a la serie En la suerte contraria, en la que Sevilla explora la temática de la tauromaquia desde una plástica sinóptica, de tal modo que se libera de lo anecdótico y selecciona aquello que define las tensiones de la acción: en este caso el toro y el capote, reducidos a estructuras de una geometría libre. El conjunto se ve reforzado por un uso del color muy contrastado entre el rojo y el negro.