SERGIO PORTELA
Portela Campos, Sergio
( Madrid, 1970 )
Biografía
Nace en Madrid y cuando cuenta con tan solo pocos meses de vida se traslada con su familia a la ciudad de Pontevedra, a la zona de Campolongo, donde transcurre su acomodada infancia y adolescencia en una casa con jardín en plena urbe. Nieto del extraordinario dibujante Agustín Portela, e hijo de los arquitectos César Portela y Pascuala Campos de Michelena, crece rodeado de arte y ciencia; afirma que su padre siempre fue un enamorado del arte y mecenas de numerosos artistas. Muestra un interés inicial por la pintura que le lleva ingresar en Bellas Artes una vez terminado el Bachillerato, pero pronto abandona la carrera al no compartir la filosofía educativa de la misma, y decide recorrer el mundo para conocer de primera mano el arte y las diferentes técnicas artísticas; este periplo le lleva a visitar Mesopotamia, Grecia, Italia, Asia, África, América, etc. Tras regresar de su largo viaje, aprende durante dos años la técnica clásica de la pintura junto a los restauradores del Museo del Prado. En su carrera artística, de carácter poliédrico, la actividad expositiva tendrá muy poca intensidad, y estará centrada en el territorio gallego; expone en destacados espacios como la Casa da Parra de Santiago de Compostela, el Museo de Pontevedra o el Centro Cultural Marcos Valcárcel de Ourense, entre otros. La escultura pública ocupa un lugar destacado dentro de su producción, y se puede encontrar en numerosas ciudades de Galicia y España, e incluso en Japón.
Creador multidisciplinar que rehúsa las etiquetas, se nutre de sus propias experiencias vitales y de sus viajes alrededor del mundo para desarrollar un trabajo en el que combina razón y emoción; asegura: «El arte tiene una repercusión emocional y psicológica que es muy importante». Ha cultivado inicialmente con un gran virtuosismo una pintura de corte tenebrista, para luego explorar la escultura, la fotografía, la videocreación, y también la arquitectura; disciplina en la que muestra un gran compromiso social, heredado de sus padres, y en la que ha trabajado desde el año 2006 en numerosas colaboraciones con su padre y otros célebres arquitectos, así como desde su empresa Phiartquitectura, creada en 2007 y dedicada a la realización de proyectos que abarcan la pintura, escultura, fotografía y la arquitectura. Es el universo escultórico, en concreto de carácter público, el que le ha reportado mayor reconocimiento, con la figura humana como gran protagonista, principalmente desnuda ─acostumbra a trabajar con figurantes humanos─, pues le gusta mostrar las cosas «tal y como son, sin caretas», y para ello se sirve de diversos materiales como el bronce y la madera, y también granito, escayola, resinas u hormigón; destaca el empleo de la antigua técnica de la fundición a la cera perdida, que nos retrotrae a la Grecia clásica. Afirma: «Los escultores somos alquimistas, que transformamos la materia para llegar a las emociones y al entendimiento espiritual».
En la Colección Afundación figuran siete esculturas del autor pontevedrés de adopción realizadas en bronce y en madera. En ellas aparecen los cuerpos desnudos de mujeres, hombres y un arcángel, que dan muestra de su gran habilidad para la práctica escultórica. Son figuras a tamaño natural en diferentes posturas que rezuman sensualidad, así como tranquilidad y sosiego, salvo el Arcángel, que representa en una dinámica postura de carácter escenográfico colgada del techo y volando sobre un alto espacio. En todas las piezas se aprecia la integración en el entorno arquitectónico que les rodea, un diálogo que resulta fundamental en su obra y que evidencia el peso del espacio y la arquitectura en su discurso artístico.
Bibliografía
COIA, M.: Sergio Portela, Casa da PArra, Xunta de Galicia. Consellería de Cultura, Santiago de Compostela, 1992.
SENSO sublime: Sergio Portela, Museo de Pontevedra, Pontevedra, 2015.