SEIJO RUBIO

La formación artística de José Seijo Rubio comenzó en A Coruña, en la Escuela de Artes y Oficios, adonde se trasladó su familia desde Madrid, para continuarla en esta ciudad en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, coincidiendo con Bello Piñeiro, Sorolla o Pradilla. Profesionalmente, compaginaría su faceta como pintor con la docencia, primero en el Instituto de Enseñanza Media y posteriormente en la Escuela de Comercio, ambos en A Coruña, faceta que extendería a la publicación de manuales sobre caligrafía y redacción. Seijo Rubio fue un activo participante en los eventos culturales que se desarrollaron en la Galicia de su época, así como en numerosas exposiciones y certámenes.

Este autor rechazó cualquier influencia de las vanguardias artísticas, definiéndose a sí mismo como naturalista, estilo al que los especialistas indican que llegó desde el academicismo, dejándose influir en cierto modo por el luminismo practicado por Lloréns. Apenas invariable en la temática y en la técnica a lo largo de su carrera, la producción de este autor experimentó escasas transformaciones y fue muy bien recibida entre la alta burguesía coruñesa.  Temáticamente, se inclinó mayoritariamente por el género del paisaje, siempre gallego, en el que podía incluir estampas típicas de campesinos, mercados o celebraciones populares. También están presente en su producción vistas urbanas de distintas localidades gallegas. Su objetivo era reflejar la naturaleza, pero no superarla, plasmándola de algún modo de forma idealista.

Estas características se aprecian en la obra perteneciente a esta colección titulada Tarde de lluvia, en la que recrea una típica vista rural gallega a la orilla de una ría, colocando en un primer plano dos figuras femeninas junto a una pequeña embarcación y salpicando el plano medio y el fondo con arquitecturas domésticas surgidas en un campo repleto de árboles. La gama cromática, compuesta por verdes, azules y pardos de escasa intensidad, aplicados con una pincelada suelta que permite apreciar la textura de la tela, ayudan a plasmar la atmósfera gallega,

La otra obra presente en esta colección lleva por título Subida al estudio, donde representa su propio espacio de trabajo, recreándose en el dibujo de los objetos de mobiliario,  cuadros que cuelgan de las paredes o  elementos arquitectónicos como la escalera, motivo que proporciona una línea de fuga a la composición, otorgándole profundidad. Esta obra se puede entender como una reivindicación de su profesión, defendiendo el valor de la pintura.

Asimismo, hay que destacar que ambas obras están realizadas en las dos técnicas que Seijo Rubio empleó a lo largo de su trayectoria, el óleo y la acuarela. El empleo de esta última se incrementaría en la última etapa de su carrera.