SANTI JIMÉNEZ

Santi Jiménez comienza sus estudios artísticos a partir de 2002, cuando inicia la carrera de Bellas Artes en la Universidad de Vigo, bajo la especialidad de escultura, formación que completa con Diseño y Artes Gráficas en GUIBOR (Escola Galega de Terapia Gestalt) y un postgrado en Creatividad en EMTG (Escuela Madrileña de Terapia Gestalt). Por otro lado, su producción artística convive con trabajos freelance con la empresa de impresión Tórculo, además de impartir clases privadas de dibujo y pintura.

Pese a especializarse en escultura inicialmente, el cuerpo principal de su producción se basa en el dibujo, en concreto el figurativo sobre papel. Su proceso de creación comienza con referencias fotográficas, lo cual ya sugiere ciertas composiciones, expresiones y poses sobre las obras incluso antes de comenzar a dibujar. El dibujo resultante, que toma estas referencias, son por lo general las figuras aisladas, estas se procesan informáticamente y luego se complementan con diversos elementos que modifican el contexto que habitan las figuras. En sus obras se puede observar cierta influencia del cómic en el proceso de traducción de las figuras de lo fotográfico al dibujo, además de la presencia de fondos neutros, que aumentan el protagonismo de las figuras, y los elementos añadidos como onomatopeyas o efectos visuales. Estos añadidos tienden a aportan cierta tergiversación o literalización de conceptos que generalmente son expresados a través de los títulos.

Su producción presenta cierto grado de continuidad desde 2006, aunque a partir de 2020 podemos observar un mayor uso de fondos negros y menor énfasis en el dibujo. En su camino, destaca el boceto como obra final, pese al postprocesado realizado a través de medios digitales. Con la exposición «Mi reino es otro» (2023) se observa un drástico cambio en su pintura, especialmente a nivel compositivo, lo cual es explicable debido al uso de herramientas de «inteligencia artificial» mixta con dibujo digital. Esta intervención de la máquina creadora supone un cambio parcial de temática y estética, con el artista dejándose influir por los procesos algorítmicos, más que imponer su huella sobre las herramientas automatizadas. Pese a los notables cambios en su obra reciente, cabe destacar la pegada que ha tenido en el proceso creador del artista el mundo digital a lo largo de los años, definiendo la forma y tactilidad de las obras a lo largo de los años, dejando así un testimonio de los cambios tecnológicos y sus texturas resultantes a lo largo del siglo XXI. 

Comienza a exponer colectivamente con la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra en «Axustado» (2001), mientras todavía cursaba la carrera. Dentro de las exposiciones individuales gran parte de sus colaboraciones tienen lugar con galerías como Espacio 48 o Galería Metro en Santiago de Compostela, con exposiciones como «El ladrón de atardeceres» (2007) y «La voluntad no lo es todo» (2012) en Espacio 48. Mientras que las realizadas con Galería Metro serían más recientes, «Despertando a la vida» (2020) y «Mi reino es otro» (2023).

La obra La devoradora (2009) fue adquirida en 2011 y actualmente forma parte de la Colección de Arte de Afundación. Ese mismo año de adquisición formó parte de la exposición «Se acabó la fiesta» (2011) en la galería Marisa Marimón en Ourense. La obra en cuestión es representativa de su estilo predominante con inspiración del mundo del comic y un énfasis en la figuración con ciertas modificaciones sobre el dibujo.