ROMERO MASIÁ

Licenciado en Bellas Artes en Sevilla, Rafael Romero Masiá completaría su formación en los cursos  segovianos de paisaje de El Paular y en la Academia de Bellas Artes Pietro Vanucci de Perugia, centros en los que aprendió diversas técnicas como grabado, pintura o dibujo. Su participación en exposiciones coincide con su estancia en la capital andaluza, aunque posteriormente ha mantenido una actividad constante en muestras, tanto a nivel colectivo como individual, por diversas ciudades españolas, en galerías y en espacios institucionales.

Este autor ha compaginado su faceta creativa con la docencia como profesor de dibujo artístico en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño Maestro Mateo de Santiago de Compostela, así como con la ilustración de libros y la realización de murales en espacios públicos. Ha recibido el primer premio del IV Certamen Internacional Puerto Banús (Marbella), el primer premio del Premio Granbazán (Vilanova de Arousa) o el primer premio provincial del XVIII Certamen Nacional de Arte. Su obra forma parte de colecciones como la de la Xunta de Galicia, la de la Diputación de A Coruña, la de la Diputación de Sevilla o la de la Real Academia de Bellas Artes de A Coruña.

Romero Masiá ha desarrollado un estilo propio en el que aúna figuración y abstracción, otorgando una gran importancia a la investigación de los materiales y al proceso técnico con que los aplica sobre unas superficies, que pueden ser telas o tablas. Inspirado por escenas cotidianas, éstas siempre están impregnadas de una atmósfera irreal e incluso surrealista, en las que habitan figuras humanas que recuerdan a presencias fantasmales.

Estas características se aprecian en la obra Señor con sombrero (El Indiano), en la que sobre un fondo indefinido, conseguido a base de tonos grisáceos, sitúa diferentes figuras antropomorfas, incluida una maternidad, que es uno de los motivos más trabajados por el autor. Otra figura fantasmal aparece en la obra titulada Bodegón con figura, en la que coloca al personaje masculino en un segundo plano, mirando directamente para el espectador, mientras en el primero dispone un plato con cuatro piezas de fruta sobre una mesa. Una vez más, las tonalidades apagadas de grises y ocres, así como el fondo indefinido transmiten el estilo de Romero Masiá.

Otras dos obras, también fechadas en la década de los años 90 pertenecen a la colección de Afundación. En Sin título y Paisaje el autor aúna figuración y abstracción, resultando prácticamente imposible separar una de la otra. Preocupado por el lenguaje plástico, lo que verdaderamente le interesa a Romero Masiá es poder emplear los recursos pictóricos técnicos necesarios para conseguir la textura y el resultado final que pretende otorgar a sus obras, de ahí que emplee el collage, el grafismo, analice la aplicación del color, mucha veces empastado, y el claroscuro, así como la utilización de diferentes soportes para conseguir el resultado final que transmita la conceptualidad de su creación plástica.