LEGÍSIMA

Es la pequeña de siete hermanos en una familia conservadora, acaudalada y muy católica. Durante su infancia surge su vocación artística; dibuja y pinta de manera espontánea y así lo hará toda su vida, puesto que es autodidacta. La profesión militar de su padre obliga a la familia a trasladar su domicilio por territorio gallego en repetidas ocasiones hasta que se retira y se asientan en el pazo del pueblo de Lousado; allí reside Carmen hasta que fallecen su hermano Manuel y sus padres y se traslada junto al resto de sus hermanos a Vigo. Estudia la carrera de Magisterio en Madrid, que nunca ejercerá. Su vida se centra en la pintura y transcurre en su estudio-taller, leyendo era una gran lectora de grandes maestros de la literatura, historia, cultura y la ascética —pensando, rezando y pintando—. Realiza su primera exposición en 1943 en la sala Macarrón en Madrid —donde volverá a exponer en 1965— apoyada por el pintor Salaverría, amigo de su hermano Juan, y obtiene excelentes críticas que advierten su parentesco artístico con Solana. A esta muestra le siguen muy escasas exposiciones —debido a la extrema intimidad en que transcurre su vida— en Londres, Lisboa o Roma. Se da a conocer en Vigo tardíamente en la exposición que le dedica Caixavigo en 1979, cuando ya padece una angustiante dolencia en los últimos años de su vida que le provoca la inmovilidad parcial de la parte derecha de su cuerpo y le obliga a pintar con la mano izquierda.

Su pintura se puede definir como realista de tendencia barroca con un halo místico. Su dibujo es firme y su pincelada gruesa, abigarrada y rotunda. Sus géneros predilectos son el bodegón y el retrato. La temática religiosa constituye su gran pasión, y su admiración referencial se centra en Diego Velázquez y Fra Angélico. En su obra se reconocen también influencias de Solana, El Greco, William Blake o Zurbarán.

En la Colección Afundación hallamos cuatro óleos de la artista. Bodegón con bandeja (1950) ejemplifica el barroquismo que aplica a esta temática. Juega con la luz de forma valiente, el color de los primeros planos es caliente y el fondo neutro y oscuro. Se pueden percibir las texturas de los objetos como en la bandeja de plata, donde en un ejercicio de libertad con el pincel y el color evoca un dripping del expresionismo abstracto. En familia (1940) representa una escena cotidiana íntima y solemne, el momento de la bendición que está siendo interrumpido por la hija menor. Destaca la expresividad con la que son representados cada uno de los miembros de la familia, así como la riqueza de la composición. Con Mi hermana obtiene la primera medalla de plata en la Exposición Nacional de Bellas Artes (Madrid, 1943), a la que añadirá la medalla del Salón de Otoño de 1948. Retrata a su hermana Asunción ataviada con el hábito capuchino —las arrugas y pliegues reflejan un extraordinario efecto de luz y textura que evoca la pintura española del siglo XVII— sentada en su celda rodeada de elementos cotidianos en una atmósfera de espiritualidad—. En San Pablo (1960), representa al Santo en primer plano sosteniendo un pergamino con gesto firme y cabello agitado. La expresividad de la figura, la paleta contrastada y la firmeza de la pincelada refuerzan el dramatismo de la escena.