SILVERIO RIVAS

Inicia su formación artística en el taller de ebanistería de su padre, y posteriormente, cursa estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Vigo, donde recibe clases de maestros como Camilo Nogueira. Aprende la técnica de escultura en bronce en el taller de Xoán Piñeiro, y recibe una beca que le permite ampliar conocimientos en Madrid en la Escuela de Artes y Oficios y en el Círculo de Bellas Artes. Asimismo, trabajará dos años en el taller del escultor Francisco Barón. Realiza su primera muestra individual en Caixavigo en 1971, y tras esta experiencia, expondrá en ciudades españolas y europeas como Munich, Bruselas, Dublín, París, Frankfurt, Oporto o Lisboa, entre otras. Participa en el Laboratorio de Formas de Sargadelos de 1976, donde desarrolla sus cerámicas articuladas, y tres años más tarde se instala en París; en la capital gala abre un estudio que mantendrá hasta la actualidad. Asimismo, residirá en Bélgica y Holanda, y desde 1986, vive y trabaja en su taller de San Xoán de Palamós (Tui). Miembro del grupo Atlántica, ha sido galardonado con el Premio da Crítica Galicia (1992) y con el Premio Laxeiro (2015). Su obra forma parte de colecciones como la del Museo Municipal de Vigo “Quiñones de León”, ayuntamientos de A Coruña y de Vigo, CGAC, Abanca, Museo de Bellas Artes de A Coruña, Museo Carlos Maside (Sada, A Coruña), Museo Provincial de Lugo, Municipal Museum (Dublín) o la del Fondo Nacional de Arte Contemporáneo (París). Dentro de su prolífica obra pública, cabe destacar la Puerta del Atlántico, realizada con granito de Porriño y situada en la plaza de América de Vigo.     

Considerado pionero de la escultura abstracta en Galicia —aunque él afirma que sus obras no lo son—, en sus esculturas e instalaciones (razonadas y conceptuales) la materia y el juego de tensiones provocado por la articulación y el ensamblaje juegan un papel protagonista y encuentran un punto de referencia en la obra de Brancusi. Afirma Javier Pérez Buján que «a pesar de que sus obras son fácilmente reconocibles, podemos decir que el artista propone soluciones expresivas concretas, conforme a las necesidades de cada material…». Su vocación experimental le ha llevado a trabajar con muy diferentes materias como el granito, mármol, bronce, acero inoxidable, hierro, plomo, madera, barro, gres, fibra de vidrio o poliéster, entre otros. Según Rivas, «la materia habla por sí misma», por eso le gusta que su intervención sea lo más discreta posible, asegura: «No quiero imponer una forma concreta, determinada o impuesta, no, quiero establecer un diálogo con esa materia”. Su trabajo gira en torno a cuestiones como “las relaciones entre masa, volumen, peso, vacío, equilibrio y dinamismo», apunta Pérez Buján, quien destaca en su evolución la variedad de materiales empleados, así como una esencialización de su lenguaje; afirma el autor: «Me gusta la perfección de la sencillez, la pureza…».     

En la Colección Afundación figuran siete esculturas realizadas desde 1987 al año 2000; todas construidas a partir de varios elementos formales que alcanzan una armonía de conjunto y dan muestra de su versátil dominio técnico en el bronce, la piedra —material predominante en su trabajo— y la madera. Su característico juego de tensiones derivadas de la utilización de diferentes formas —orgánicas y geométricas—, del juego de volúmenes, texturas, cromatismos u orientaciones, es un elemento común en todas ellas. En obras como As agullas da Catedral o Personaxes de Millet, la componente simbólica se encuentra reforzada por el efecto que provoca la incidencia de la luz en las distintas superficies de bronce logrando que lo inmaterial (espacio, vacío o reflejo) adquiera un papel protagonista en sus creaciones.