LITO PORTELA

Es artista de larga trayectoria centrada en la atención al medio natural más próximo. Desarrolla un exhaustivo y exigente trabajo de taller, investigando y experimentando nuevas técnicas y formas de expresión, y muestra, además, especial predilección por las formas orgánicas, alternando etapas figurativas y abstractas que parten de elementos cotidianos para expresar valores universales. Entre sus exposiciones destacan Paisaxe líquida, 2018, en la compostelana galería Metro y Mais alá da paisaxe en la viguesa Apóstrophe, así como los proyectos escultóricos Espiñas coroadas, en 2012, en la Sala Alterarte, en Ourense y A maré, en 2014 en La Casa de la Parra, en Santiago.

Se mueve con desenvoltura entre la pintura y la escultura, alternando ambas. En los 80 exhibe asimismo pequeñas esculturas realizadas en papel. Con este material consigue dibujar en el espacio formas ligeras, líricas y muy lineales. Naturaleza muerta, 1994 alude a elementos naturales levemente sugeridos. Ramas y hojas diluidas, tan sólo materia evocada para acentuar lo efímero y húmedo del medio natural. Suma intencionadamente la mancha y el goteo, porque la observación de Lito no tiene intención descriptiva sino que nace de la interiorización del entorno, haciéndolo suyo, idealizando y poetizando la vegetación para sumergirnos en un mundo de ficción.

En 2004 idea su célebre A Buguina, una grácil caracola de acero situada en el mirador de Donón. Enfatiza su esqueleto interno y la estructura curva del molusco con un entramado de líneas en el espacio como si fuese el aire el que la dibujase. Lejos de entorpecer la vista, la potencia y dota la pieza de un carácter lúdico para que el espectador interactúe con ella.

A partir de 2009 sus esculturas se hacen más rotundas, aumentan en volumen y dimensiones. Emplea el poliéster, como se aprecia en la pieza de la colección Afundación, Sin título, 2009. Alude a un cráneo de virtuoso realismo barnizado con pintura metalizada y mantiene un diálogo fructífero con el juego de escala característico del minimalismo y con las vanitas como crisol de muerte. Además de su austeridad morfológica, la pieza acumula patetismo, agravado por el baño de color, en este caso negro, como en otras piezas de la misma serie predomina el rojo.  Pátina que entronca esta obra con una especie de marea negra o roja, como fenómeno biológico que tiñe el mar. La obra recuerda la idea de cierto ready-made, sólo en ciernes, ya que todo pasa por la acción creativa ex novo, generanso mucha ambigüedad, amplificada a través del acabado pulido y brillante que evoca un objeto futurista de atracción turbadora o dramatismo callado.

Sus esculturas se materializan en amplificadas formas lanzadas por el mar: bollas, huevos de raya, que a veces se ven en la orilla del mar, esqueletos de gaviotas, hojas o ramas espinosas. Obras como Raias, 2011 o Sálvese quen poida, 2014, son un buen ejemplo. Esta última, muestra moluscos aferrados a un salvavidas; aludiendo a la gravedad económica. Es el de Lito Portela un arte comprometido que hace aflorar distintas lacras de la sociedad, aunando así la situación específica local con la globalizada. Todas sus obras, ya sean pinturas o esculturas, están vinculadas al mar como lo está emocionalmente este moañés, porque constituye una parte importante de sus vivencias.

                                                                                                                        Fátima Otero