PEDRO CALAPEZ

Por influencia familiar cursa estudios de Ingeniería Civil (1969-1974), etapa en la que descubre principalmente la fotografía ─asegura: «Fue realmente con la fotografía con lo que empecé a desarrollar el trabajo»─, y comienza asimismo a realizar dibujos y pinturas. A raíz de su descubrimiento de lo que denomina el «hecho visual», inicia su formación en la S.N.B.A. (Sociedad Nacional de Bellas Artes) de su ciudad natal (1972-1975), que completa con los estudios de Pintura en la Escuela Superior de Bellas Artes de Lisboa (1976-1981) ─que no llega a finalizar y que compagina con su trabajo como fotógrafo profesional y con una intensa actividad en la movida portuguesa─. Comienza su actividad expositiva de manera colectiva en el campo fotográfico en los setenta, y realiza en 1982 su primera individual en colaboración con su amiga, Ana Léon, en la Galería Diferença de su ciudad natal, que obtiene una gran acogida. Desde entonces, ha expuesto su trabajo en numerosos y destacados foros internacionales. Ha obtenido diversos galardones, entre los que cabe destacar el Premio Unión Latina (Lisboa, 1990), Premio de Diseño de la Fundación Pilar i Joan Miró (Mallorca, 1994), Premio Ciutat de Palma de Pintura (1999), Premio de Pintura EDP (Lisboa, 2001), el Premio Nacional de Arte Gráfico de la Real Academia de Bellas Artes de Madrid (2005) o el Premio AICA (Asociación Internacional de Críticos de Arte - sección portuguesa, 2005). Asimismo, en el año 2012 recibe el Grado de Comendador de la Ordem do Infante D. Henrique. Su obra se encuentra representada en destacadas colecciones como la del Museo Serralves en Oporto, Fundación Gulbenkian de Lisboa, Chase Bank de Nueva York, MNCARS, Colección Aena de Arte Contemporáneo, CGAC o la de la Fundación Pedro Barrié de la Maza, y también ha realizado destacadas obras públicas, fundamentalmente en su Lisboa natal, y escenografías para diversas obras de teatro. 

Exponente clave de la pintura contemporánea lusa ─también cultiva el grabado─, su lenguaje artístico está focalizado en la pintura, sobre diversos soportes ─principalmente el aluminio─, y en el desafío de sus límites, de tal forma que adapta este medio a un formato tridimensional en instalaciones dominadas por la fragmentación; muestra una preferencia por los polípticos ─de cromatismo múltiple, vivo y contrastado, en los que las texturas resultan fundamentales─, que evolucionan desde una geometría ortogonal hacia formas más orgánicas. Apasionado de los cómics, en concreto de sus escenarios, el espacio constituye una de sus preocupaciones fundamentales, ─afirma: «Para mí la pintura es espacio»─, así como la mirada ─asegura: «Creo que la obra deber ser abierta… Debe permitir múltiples interpretaciones y como tal múltiples discusiones»─, y el paisaje, al que alude desde una visión articulada y fragmentada. Asimismo, se confiesa admirador del abstraccionismo, del expresionismo abstracto americano ─del Color Field─ y del informalismo europeo, y se identifica con el concepto de «pintura expandida».  

En la obra Asa 06 (2008) que integra la Colección Afundación, compone un políptico a través de doce paneles rectangulares en los que establece unos complejos diálogos cromáticos de colores intensos, sobre el soporte de aluminio, que nacen de la planificación; en su proceso artístico, de carácter constructivo, se aprecia la influencia de la Bauhaus. Dispone los diferentes paneles de tal forma que establecen unos ritmos y contrastes de gran riqueza de significados; sostiene Calapez: «Las obras que son conjuntos de paneles pintados pretenden reconstruir el proceso de la memoria, rehacer un cuadro en base a fragmentos. Cada panel puede ser visto aisladamente pero algo distinto surge de la confrontación con sus vecinos. Con la distancia, la mirada topa con la totalidad de los fragmentos como si de una única obra se tratase».