DIEGO DE OYA SILVA

Compartió la dedicación al arte con tareas relacionadas con el mundo de los viajes. Alumno de la Alianza Francesa, viajó frecuentemente a París, cuyos museos conocía muy bien. Realizó diversas exposiciones personales, en Vigo y en otras ciudades de Galicia, y acudió a muestras colectivas. Fue un dibujante muy suelto, rápido, de corte post impresionista, y trabajó muy bien la acuarela. Habitualmente, captaba rincones populares de las ciudades que visitaba, y así resulta de interés documental su trabajo sobre París o acerca de Vigo. Uno y otro merecerían un álbum, pues junto con la captación de la realidad había un espíritu plástico inquieto, de gran efectismo. Ese modo de ver el paisaje urbano, que caracterizó a Pisarro, por ejemplo, interesó a Diego de Oya, quien se expresaba con gran delicadeza en los pequeños formatos. La dinamicidad de lo cotidano, la esencialidad que contiene, con la ideación, en trazos seguros y simplificados de lo monumental como fondo, caracterizan su quehacer, probablemente menor, mas no por eso de menos calidad.