JANO MUÑOZ

Jano Muñoz se formó en su ciudad natal, A Coruña, en la Escuela de Artes y Oficios Pablo Picasso. Será entonces cuando comience su actividad expositiva por diversas ciudades gallegas para continuar su formación en Barcelona, desde donde se le brindará la oportunidad de exhibir su trabajo en distintos punto a nivel nacional. En 2018 el Kiosco Alfonso de A Coruña le dedicó una exposición a los últimos diez años de su carrera en la que mostró algunos de sus retratos de familiares y de miembros destacados de la sociedad coruñesa, paisajes y bodegones.

La producción de este autor está presente en diversas colecciones públicas como la del Ayuntamiento de A Coruña, la Colección de la Xunta de Galicia o la del Museo de Bellas Artes de A Coruña. Muñoz ha recibido el Primer Premio de Pintura al Natural de Endesa y el Premio Veinticinco Artistas Jóvenes de Cataluña, además de quedar finalista en el Premio Kronenbourg.

Destaca en su trayectoria el dominio que tiene de la técnica con la que trabaja en un estilo realista, en ocasiones casi hiperrealista, que resulta un medio para profundizar sobre situaciones cotidianas que le rodean, bien sea el entorno o las personas. Muñoz se define como un pintor clásico, muy influenciado por los estilos flamenco, barroco y romántico. Esto queda reflejado en la elección de los géneros que trabaja, entre los que destacan el retrato, el paisaje y el bodegón; así como en la utilización de pigmentos naturales y aceites, además de la cuidada preparación de los soportes.

En esta colección se conservan dos vistas urbanas bajo los títulos Farola con calle y El Cairo. El género del paisaje es uno de los predilectos de este autor y es que considera que una de las mejores inversiones que se puede hacer en la vida es viajar, ya que está interesado en poder contar su vida y para ello necesita que ésta sea intensa. Los periplos le sirven de fuente de inspiración cuando nota que se le agotan las ideas y los afronta como una fuente de renovación.

Las otras cuatro obras pertenecientes a Afundación se enmarcan en el género del retrato, de las cuales una es la escenografía de un grupo y otra, un autorretrato. Este último, bajo el título Auto de Fe, se inspira en las creaciones que Goya dedicó a denunciar el papel de la Inquisición en la sociedad española. Muñoz se retrata con el capirote que colocaban a los condenados durante la celebración de los autos de fe. La familia protagoniza muchos de los retratos de Muñoz, como sucede con Martín Muñoz y con Francisco Muñoz Carrasco, marino mercante, mi padre. El pintor afirma que cuando retrata pretende abordar el interior del protagonista y que se refleje en el resultado final.

Es en este género, más trabajado en los últimos años de su carrera, donde se aprecia el interés de Muñoz por el estudio de la luz y de la influencia del claroscuro barroco, así como el uso contenido del color. Todas estas características hacen que la pintura de Jano Muñoz transmita serenidad, así como profundidad reflexiva. Por último, cabe destacar que preferiblemente elige formatos grandes para trabajar, ya que éstos le permiten conseguir resultados más espectaculares, en los que luzcan más los detalles.