LUIS LOUREIRO

Luis Loureiro es un pintor de formación autodidacta, vocación que compagina con la profesión de delineante en la antigua Astano en Fene, ahora Navantia.

Dentro de sus períodos podemos observar uno inicial compuesto por obra de paisaje, en el cual parte desde preceptos clásicos del género hasta llegar a campos de color. Este período se desarrolla desde 1966 hasta 1997, pero ya en 1995 introduce volúmenes en sus obras, cosa que muestra indicios de nuevos intereses que acabarán por tomar mayor protagonismo en las siguientes décadas. Este segundo período volumétrico conduce a una mayor experimentación con la forma y materiales de las obras, ejemplificado en proyectos como «Arquitecturas» (2002) que aprovecha ese salto a los volúmenes para tratar el tema del urbanismo a través la maqueta como obra y el uso de materiales desechados para su realización. Sin embargo, la perspectiva arquitectónica/urbana no es el uno ángulo a tratar dentro de lo volumétrico y con «Sin título» (2001), Loureiro muestra una concepción de lo escultórico y sus sensibilidades matéricas sin el explícito sentido arquitectónico. En este caso podemos observar un énfasis en la textura de los materiales a través del monocromatismo de la obra, que elimina toda distracción y nos permite centrarnos en la relación que la esta tiene con la luz. Esta nueva concepción de su obra perteneciente al segundo período, se reconcilia con el primero en la exposición «Ventanas douradas» (2017) con la realización de obras paisajísticas donde tanto la madera como la pintura forman una visión fragmentada del paisaje emulando a la vista desde una ventana cerrada. Con la realización de esta última exposición, el artista recupera el género que cultivó en sus comienzos y reivindica su importancia, rompiendo así con narrativas de progresión o linealidad en su obra. De esta forma la totalidad de su obra puede ser concebida más allá de su cronología, dejando de verse como un avance o maduración el abandono de ciertos estilos y géneros por otros.

Su primera exposición individual se realiza en el Círculo de Fene, el salón Severa,  pero tras las exposiciones de paisaje, cabe destacar «Arquitecturas» (2002), debido a que es su introducción a la tridimensionalidad, en la que una maqueta de ciudad ideal de proporciones colosales es la pieza protagonista de la exposición. En "Ao carón do mar» (2016) reconcilia el mundo de los astilleros con el artístico haciendo uso de chapa naval como material escultórico, contrastando con las obras de los artistas con los que convive en el espacio portuario de A Coruña, como una pieza orgánica de Silverio Rivas o la malla de acero inoxidable de Manolo Paz.

Homenaje a Giorgio Morandi III (2005) de la Colección de Afundación, forma parte de su período matérico y se trata de una obra escultórica que emplea materiales encontrados, al igual que Sin título (2001), la serie Arquitecturas (2002) y con el resto de la serie Homenaje a Morandi. Como el propio título sugiere, es un homenaje y referencia al artista Giorgio Morandi y encarnaría escultóricamente los bodegones del artista italiano, aunque haciendo uso de las formulas y estilo del propio Loureiro.