LUGRÍS VADILLO
Lugrís Vadillo, Urbano
( Vigo, 8 de mayo de 1942 - A Coruña, 1 de febreiro de 2018 )
Biografía
Urbano Lugrís Vadillo perteneció a una familia de artistas y escritores; su padre fue el pintor surrealista Urbano Lugrís y su abuelo el escritor Manuel Lugrís Freire. Su infancia transcurrió en A Coruña, donde acudió a la Academia de Galicia, en la que tuvo de profesor a una figura de la talla de Luis Seoane. Proseguiría su formación académica en diferentes ciudades españolas, aunque terminará por regresar a la ciudad herculina, donde acabará por trabajar como maquinista naval, profesión que compagina con su faceta creativa.
Las primeras obras de este autor datan de comienzos de los años 60 y estarán influídas por el estilo abstracto de César Manrique, animándose a experimentar con texturas y elementos extrapictóricos. En 1962 celebrará su primera exposición individual en A Coruña, en la que exhibirá sus propuestas informalistas con buena acogida entre la crítica.
Debido a su profesión como marino, en las décadas de los años 60 y 70, el mar se convertirá en un motivo recurrente, algo que permanecerá en toda su trayectoria pictórica. Este mundo marino lo tamizará de una mirada onírica, convirtiendo sus vistas en una combinación de realidad y ficción, muy influenciadas por la literatura de Julio Verne. Sus paisajes marinos no tienen referencias concretas y son fruto de sus años de travesía y de su imaginación gracias a la que construye espacios con restos arqueológicos, donde habitan seres y objetos que el autor transforma a su antojo. La influencia de la pintura paterna dejará, en este sentido, una huella muy importante.
En los años 80 situó su estudio en una casa-barco en la localidad coruñesa de Mera y allí realizó todo el resto de su producción, en la que fue perfeccionando su personal lenguaje plástico con los motivos marinos como motivos recurrentes.
La obra El peregrino, datada en 1985, responde a las características mencionadas del estilo de Lugrís Vadillo. Ante un paisaje marino sitúa en primer plano la figura de un peregrino, tocado con sombrero y cubierto con esclavina, situado ante una arquitectura que podría ser la Catedral de Santiago, simbolizada por las dos agujas a modo de torres que se elevan recortándose sobre el cielo. Los elementos vegetales y marinos, como conchas, dispersos por la superficie captan la atención del espectador, que descubre el contraste de la minuciosidad de los detalles en la pintura de este autor con los espacios de reminiscencias metafísicas en los que sitúa figuras y objetos.
Bibliografía
Mon, Fernando: Pintura contemporánea en Galicia. A Coruña, Gaixa Galicia, 1987.
Pablos, Francisco: Plástica gallega. Vigo, Caixavigo, 1981.
VV. AA.: Urbano Lugrís. Xunta de Galicia. Ayuntamiento de A Coruña, 1989.