JOAN HERNÁNDEZ PIJUÁN
Hernández Pijuán, Joan
( Barcelona, 15 de febrero de 1931 - 28 de diciembre de 2004 )
Biografía
Joan Hernández Pijuán está considerado como uno de los más destacados pintores informalistas catalanes del siglo XX, con repercusión a nivel internacional, aunque nunca abandonaría las referencias figurativas. En la segunda mitad de la década de los años 40 se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona y a comienzos del siguiente decenio participaría en muestras de carácter colectivo, empezando a definir su estilo, en un principio basado en un expresionismo esquematizado, preocupándose por la sobriedad y los volúmenes. Éste evolucionaría hacia una combinación de abstracción y figuración geométrica esencializada, donde los motivos solitarios parecen flotar sobre fondos indefinidos cubiertos por manchas en ocasiones orgánicas y otras de carácter más geométrico, realizadas en tonalidades neutras, grises, ocres o verdes.
A finales de los años 50 disfrutará de una estancia en París, ciudad en la que, en la Escuela de Bellas Artes, se interesa por la técnica del grabado. De regreso a Barcelona organizará exposiciones de carácter individual y colaborará con diseños para escenografía, además de incrementar su producción gráfica con distintas series de grabados, obra con la que participa durante décadas en muestras alrededor del mundo, en ciudades como Nueva York, Tokio, Sao Paulo, Venecia o Alejandría.
Desde mediados de la década de los 70 compaginó su faceta creativa con la de docente en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Jordi y con la impartición de talleres en centros como el Círculo de Bellas Artes de Madrid o en Arte Actual de Las Palmas de Gran Canaria. A finales de los años 80 obtendrá la cátedra en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, donde se doctoró con la tesis Pintura y espacio, una experiencia personal.
Su trayectoria fue reconocida con los premios de la Dirección General de Bellas Artes, con el Premio de Deportes en las Bellas Artes, con la medalla de oro de la III Bienal Internacional de Zaragoza, la Cruz de San Jordi o con el Premio Nacional de Artes Plásticas, entre otros. Asimismo, su obra puede contemplarse en museos de ciudades como Poznan (Polonia), Cracovia, Cuenca, Varsovia o Lieja. A esto hay que añadir que a lo largo de su carrera realizó murales en espacios públicos como los del Pabellón San Jordi del Anillo Olímpico de Montjuic (Barcelona), la Iglesia de Santa María de Castelldefels, el salón de plenos del Ayuntamiento de Barcelona o los del Aula Ramón y Cajal de la Universidad de Barcelona.
Las creaciones pertenecientes a Afundación son una acuarela y una litografía. Esta última se fecha en 1982, un período de consolidación de su carrera creativa, ya que solo dos años más tarde recibiría el Premio Nacional de Artes Plásticas. El estilo que desarrolló en este tiempo coincide con una pincelada que se abandona a la inmediatez y al azar. La superficie plástica se organiza con trazos que surgen o se sobreponen a manchas de color, que dispersa en la composición. Concede gran importancia al espacio, a la superficie y, en algún caso, tiende a la monocromía, algo que le facilitó la técnica del grabado.
De la referencia a grandes superficies sobre las que venía trabajando, transita a pequeños detalles que se concentran en la composición abstrayendo y transmitiendo a través de su lenguaje plástico su concepción del paisaje, que tanto le inspiraría a lo largo de su carrera, muchas veces representado a través de elementos vegetales con ciertas referencias figurativas como pueden ser las flores o plantas. Este tradicional género pictórico se vuelve conceptual en la producción de Hernández Pijuán, respondiendo a una interpretación muy personal del mundo que le rodea.