ELOY HERNÁNDEZ CALZADA

Si un gallego ilustre del mismo apellido asentó su taller en Valladolid, Gregorio Hernández, Eloy, con su hermano Osmundo, decidió establecerse en Vigo para hacer internacional una expresión plástica que elevó a la categoría de arte lo que con modestia calificó siempre de artesanía.

Eloy Hernández Calzada nació en la ciudad castellana el 1 de diciembre de 1897 y le impusieron el nombre del día, patrono de su futura dedicación. Fue alumno de la Escuela de Artes y Oficios, bajo la dirección del escultor Monsó, y tuvo compañeros ilustres, como el pintor Anselmo Miguel Nieto, retratista de Valle Inclán.

Su hermano Osmundo, cuatro años mayor que él, fue becado en París por la junta para Ampliación de Estudios, y tornará con una visión nueva del arte. Ambos ganan un concurso para la Catedral de Burgos, donde vieron el famoso frontal de Silos, que copiarán, mejorándolo, y se hacen famosos. Decididos a abrirse horizontes, eligen Vigo corno residencia y se establecen en la Puerta del Sol en 1922. Conocen al escultor Asorey, que les anima a participar en la Exposición Internacional de Philadelphia en 1926. Ganan la primera medalla de honor y su nombre recorre el mundo. Tanto, que son nombrados hijos adoptivos de Vigo en 1927, y predilectos de Valladolid.

Concurren a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y ganan segunda medalla en 1932 y primera en 1934. Después, segundo gran premio en Madrid, en 1953, y medalla de honor en Compostela, en 1971.

En 1926 han establecido su taller en la calle del Príncipe, donde continúan los "Hermanos Hernández”, secundados por sus hijos Julián y Eloy y ahora por su nieto, Eloy.  Inician el taller de esmaltes, expresión a la que dan novedad y perfección exquisita, combinando la tradición con el modernismo imperante en esos años de entreguerras. Eduardo Chicharro, director general de Bellas Artes, premia el ya famoso frontal de Silos, en 1933.

Todo acontecimiento nacional de importancia se significa con esmaltes de los Hernández, que llegan al Museo de Castrelos y a otros muchos centros de arte. Forman a discípulos que se enorgullecen de serlo, como el vigués Ángel Marcuño.

Trabajan esmaltes, azabaches, marfiles, orfebrería, con una personalidad diferenciadora y un arte propio, creativo. Osmundo falleció en 1956 y Eloy prosigue la tarea con sus hijos. Ha catalogado el legado Policarpo Sanz y es patrono del Museo de Castrelos desde su fundación en 1937. Su obra se extiende por todo el mundo y la ensalza Juaristi, especialista en esmaltes.

La figura de Eloy Hernández, elevada, amplia la melena plateada, cordial y gesticulador, es emblemática en Vigo, donde fallece el 1 de octubre de 1974 y su óbito es noticia nacional.