FEDERICO DE MADRAZO Y KUNTZ
Madrazo y Kuntz, Federico de
( Roma, Italia, 9 de febrero de 1815 - Madrid, 10 de junio de 1894 )
Biografía
Nace en Roma, el 9 de febrero de 1815, el más ilustre de la dinastía de artistas más dilatada de España y acaso de la historia del arte, que se inicia con su padre, José, discípulo del gallego Gregorio Ferro y amigo de David, de quien sería alumno Federico; hermano de varios artistas, arquitectos, pintores, críticos de arte, escultores; padre de pintores, suegro de uno notabilísimo, Mariano Fortuny, y antecedente de quienes van hasta un ayer muy próximo, como Mariano Fortuny y Madrazo, pintor, diseñador de modas, decorador, dandy cuyo palacio veneciano es todavía motivo de atracción internacional. Su madre pertenece a una aristocrática familia alemana en la que también hay destacados artistas. Es su padrino el príncipe Federico de Sajonia.
Viene a Madrid cuando cuenta cuatro años y su precocidad intelectual le permite asistir a la famosa escuela que dirigía el poeta Alberto Lista. La de pintor es tanta, que a los quince años ya realiza cuadros de historia. A los 17 pinta el famoso cuadro de Fernando VII moribundo, atendido por la reina María Cristina, que le abre las puertas de la notoriedad y los honores, ya que al año siguiente es elegido académico de mérito de San Fernando, entidad que dirigiría años más tarde. Será primer pintor real y acumulará distinciones españolas y extranjeras, entre ellas la legión de Honor francesa.
En 1832 se traslada a París, donde es alumno de Ingres, a quien retrata, como lo hará a tantos intelectuales españoles, entre ellos Larra, Carolina Coronado y Bretón de los Herreros. La corona francesa le encarga grandes lienzos para los salones de Versalles. Regresa ocasionalmente a Madrid y en 1840 viaja a Italia, donde se entusiasma por la estética nazarenista. Dos años después retorna a Madrid para iniciar la que ha de ser su gran carrera como pintor, especialmente como retratista de la familia real, de la aristocracia y la inteligencia nacional. Director del Museo del Prado en dos etapas, desde 1860 a 1868 y de 1881 a 1894. Es el árbitro absoluto de la vida artística española, jurado y voto decisivo de las exposiciones nacionales de Bellas Artes.
Cargado de gloria y con una obra extensa, sobre todo retratos, de los que se han catalogado más de seis centenares, fallece en Madrid, el 10 de junio de 1891, cuando se aproximaba a los ochenta años.
Federico de Madrazo fue un gran dibujante. Inicialmente adscrito al más estricto realismo, va liberándose de esa atadura, como olvida muy pronto el nazarenismo y hasta la casi obligada pintura de historia de su etapa inicial, para ser un pintor exacto, con modos vagamente románticos que nunca llegan a la languidez de un Esquivel, por ejemplo. Por el contrario, en sus figuras hay firmeza, agrado, y una indeclinable elegancia que le aproximan, más que a la pintura francesa, de la que aprendió tanto, a la inglesa de los grandes retratistas insulares, aunque quizá resulte un tanto exagerado el calificativo que se le dio en su tiempo, y que llegó a ser tópico, de "el Van Dyck español".
Su obra está en el Casón del Retiro, anexo al Prado, en el Museo Romántico y en numerosos palacios y pinacotecas extranjeras.