DANIEL DICENTA

Hijo de los actores Daniel Dicenta y Lola Herrera, crece rodeado de creatividad y desde pequeño practica el dibujo y la pintura. Reconoce la gran influencia de su abuelo en su vocación artística, pues sostiene que era un inventor y poseía una gran creatividad. Con dieciocho años se inicia en el universo de la electricidad del cine y el teatro y durante diez años trabaja como técnico de iluminación; asegura que es lo que más le ha enseñado. Se inicia en la fotografía en 1992, y desde entonces, colabora con numerosas editoriales nacionales en moda ─Vogue, GQ o Cosmopolitan─, publicidad, retrato, etc., que compagina con la fotografía artística. Asimismo, con posterioridad explora el cine y el vídeo, de manera que realiza cortometrajes, spots publicitarios, series, y también videoclips para compañías musicales de prestigio como Sony o Virgin, y en su faceta artística incursiona en disciplinas como el videoarte. Realiza su primera muestra fotográfica, «Búsquedas», en la Habana, tras la que realiza proyectos expositivos como «Secuencias» o «Evolutions»; ha participado en muestras en ciudades españolas como Madrid, Alcalá de Henares, Vigo, Córdoba, Almería, Granada o Barcelona, y en el extranjero en Bélgica u Holanda.  

De formación absolutamente autodidacta, visualiza el arte desde una perspectiva multidisciplinar y experimental. Su intensa creatividad le lleva a explorar a lo largo de su trayectoria diversos medios ─y a combinarlos─ como la pintura, el dibujo, la fotografía, el vídeo o la realidad virtual, y a colaborar con artistas de otros campos como músicos, escritores o poetas. En su trabajo artístico muestra su personal visión del mundo y busca «poder llegar al alma de la gente» ─apela a los sentimientos y las emociones del espectador─, nos traslada a otras realidades, a universos oníricos que surgen de una reflexión acerca de la realidad de consumo que nos rodea y de las relaciones humanas; imágenes en las que suele tener un gran protagonismo la figura femenina.  

La fotografía que forma parte de la Colección Afundación pertenece a su segundo proyecto, denominado «Secuencias», en el que combina la videoinstalación con la fotografía. En la obra que nos ocupa, representa un misterioso y abstractivo paisaje que evoca una embarcación repleta de cables, velas y poleas con una fragmentación en tres partes que encierra una vocación cinematográfica. Dicenta explica así su proceso creativo: «La técnica es tan vieja como hacer un sándwich fotográfico, lo hago a base de cristales que voy poniendo encima, pinto con acuarelas, acrílicos, las escaneo y trabajo en cine animación para que agarre la vida que tiene». De este modo, el resultado final logra engañar al espectador, pues la inquietante imagen final parece pictórica, no fotográfica, con múltiples texturas y matices, en la que predomina una estética «sucia» de luminosidad y cromatismo apagados.