LOIS CORVERA

Cursó la carrera superior de Bellas Artes en la Facultad de San Carlos, en Valencia, y realizó los cursos del doctorado en la misma y en la facultad de Pontevedra, entre los años 1989 a 1992. Durante sus estudios en la capital levantina comenzó a exponer en muestras colectivas, en 1985. Al año siguiente participó en Arte Xoven Galega, en Vigo, y consiguió el primer premio en la edición de 1988 con un bodegón en díptico que ponía de manifiesto un gran conocimiento de la historia de la pintura y del oficio de pintor. Fue seleccionado para la muestra de Novísimos, integrada en las iniciativas de la Bienal de Pontevedra. Posteriormente lo ha hecho en casi todas las ciudades de Galicia, en Oporto y en Barcelona. En 1997 fue finalista en el certamen Eixo Atlántico, que ha recorrido dieciocho ciudades de Galicia y de Portugal. Ha realizado escenografía y vestuario teatrales y ha ilustrado varios libros, entre ellos el titulado "Práctica teatral na escola". Individualmente comenzó a exponer en Compostela, en 1989, y sus muestras han recorrido galerías de Galicia y Norte de Portugal. Su tarea docente la inició en el Instituto de Bachillerato de Noia. Actualmente pertenece al cuerpo de profesores de Enseñanza Media. Corvera se inició en un post impresionismo rayano en el expresionismo, aunque sin desasirse de modos enraizados en lo clásico. Objetos sencillos constituían los elementos de sus bodegones, a los que dotaba de un extraño encanto en la mancha amplia y la luz atenuada. Posteriormente derivó hacia una expresión más elementalizada, incluyendo modos tradicionales del "collage", de los que partió su última expresión, con reminiscencias del grabado y la inclusión de imágenes fotográficas o documentales en ámbitos ideales, de carácter testimonial y hasta panfletario. Arquitecturas sinópticas aparecen como oprimidas por alambradas de espino, elemento referencial muy frecuente en Corvera, cuya pintura es muy sobria de entonación. Sobre fondos casi neutros se inscribe un objeto más o menos determinable, sea animal o de la arquitectura, capaz de cobrar una significación insólita, de lectura sugerente. Lleva esta obra una carga social y hasta política evidente, aunque al fin se imponen los valores plásticos, exquisitos, muy elaborados pese a la aparente sencillez del resultado. Artista reflexivo, intelectualizado, posee una personalidad inconfundible en su afán de incorporar a su obra significantes y referencias a veces documentales, y que al fin se transforman en pura plástica. Es decir, una armonización de la tradición y la vanguardia muy significativa.