CHILLIDA
Chillida Juantegui, Eduardo
( Donostia, San Sebastián 10 de enero de 1924 - Donostia, San Sebastián 19 de octubre de 2002 )
Biografía
Eduardo Chillida Juantegui fue uno de los escultores más influyentes del siglo XX, conocido por su investigación en torno al espacio, el vacío y la materia. Nació el 10 de enero de 1924 en San Sebastián en un entorno familiar con una fuerte presencia militar, por parte de su padre, Pedro Chillida Aramburu por ser teniente coronel, y una gran presencia musical por parte de su madre, Carmen Jauntegui Eguren por ser una gran soprano.
En el verano de 1936, tras el estallido de la Guerra Civil, fue enviado por su familia a la casa del doctor Camus en París y luego a Melun, donde aprendió francés. Posteriormente, en el año 1943 regresó a San Sebastián e inició estudios en Arquitectura, disciplina que abandonaría antes de terminarlos, pero que le proporcionó un conocimiento de la proporción de la escala y la relación con el espacio fundamentales en su obra. Durante estos años fue también portero titular de la Real Sociedad, hasta que una lesión de rodilla lo apartó del deporte y lo condujo definitivamente hacia el arte.
En 1947 al abandonar arquitectura comenzó a dibujar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y se incorporó en el taller de escultura de José Martínez Repullés, amigo de su padre que apoyó su vocación artística. Aquí se dio cuenta de que “no desea meter las manos en la bustiña”, es decir que el barro no es un material que le agrade.
Su actividad artística comenzó en 1948, cuando se trasladó a París escapando así de la España franquista. Allí entabló amistad con el pintor Pablo Palazuelo, que le apoyó en su primera formación, y conoció la obra artística de Picasso, Julio González y Brancusi. Además, tras visitar el Museo del Louvre queda impactado por las esculturas griegas arcaicas y decide realizar sus primeras piezas en yeso y terracota, inspirándose en torsos humanos como “Forma”, “Pensadora” o “Maternidad”, en las que ya aparecía la monumentalidad que caracteriza su obra. Tan sólo un año después realizó “Metamorfosis”, considerada su primera pieza plenamente abstracta. Ese mismo año expuso “Forma” en el Salón de Mayo de París elegida por el director del Musée d’Art Moderne, Jean Cassou.
En 1950 contrajo matrimonio con Pilar Belzunce y se instalaron en Villaines-sous-Bois, un pueblo cerca de París. Este año, participó en la exposición Les Mains Eblouies en la galería Maeght con obras como ”Torso” y “Metamorfosis”. Al año siguiente, nació su primera hija, Guiomar, y la familia regresó definitivamente a Euskadi. Allí trabajó en la fragua de Manuel Illarramendi, quien le enseñó el arte de la forja. De este modo, Chillida inició la etapa del hierro, definiendo con él, como comenta el crítico Kosme Barañano “los presupuestos conceptuales y estilísticos de su producción artística posterior”, siendo este material profundamente ligado a la tradición vasca. Obras como “Ilarik” (1951), inspirada en las estelas funerarias vascas, muestran por primera vez su interés por el vacío, la escala y el espacio.
En 1952 estableció su propia fragua con José Cruz Iturbe como ayudante en su casa. Allí creó obras como “Contrapunto”, un relieve como un collage de azadas, que reordenan el espacio con materiales industriales del mundo rural (layas, hachas, …). También creó obras para atacar el espacio empleando el hierro, cuestionando o dinamizando el entorno, como sucede en “Música en las esferas I” o “Desde dentro”, como pieza que tiene que ser colgada. En estos años también concibió las primeras esculturas de la serie “El Peine del Viento” donde tuvo como ayudante –del mismo modo que en muchas otras de sus piezas– a Marcial Vidal, quien cuenta en sus memorias cómo veía Chillida el trabajar con el hierro: “había que ensamblar las piezas por el alma”.
A partir 1957 amplió su experimentación con obras como “Yunques de sueños”, en las que integró hierro y pedestales de madera, otorgando a la base un papel activo y simbólico que aligeraba el conjunto. Según la crítica Liliane González, hasta entonces en su lenguaje “predominaban las líneas horizontales horizontales, verticales y curvas y ahora adoptará ritmos lineales más movidos e inquietos, de difícil comprensión”. En 1958 recibió el Premio Internacional de Escultura en la Bienal de Venecia, reconocimiento que consolidó su proyección internacional.
La década de 1960 y los primeros años de 1970 estuvieron marcados por la incorporación de nuevos materiales para abordar diferentes aspectos de su reflexión conceptual. El alabastro le permitió investigar la luz y la arquitectura a través de la talla y la translucidez y que se puede apreciar en obras como “Elogios de la luz” o “Homenaje a Kandinsky”. En Galicia, junto al cantero Nicanor Carballo, trabajó el granito, aportando masa y monumentalidad a proyectos de integración paisajística como “Abesti Gogora V” (Fuerte Canto). Desde 1971 empló el hormigón, material decisivo para la escala monumental de sus esculturas públicas. En colaboración con el ingeniero José Fernández Ordóñez, Chillida exploró la relación directa entre materia, vacío y emplazamiento, concibiendo piezas como “Lugar de Encuentros III” datada de 1973.
En 1977 comenzó a emplear otro material, la terracota, llevando a cabo la serie “Lurras” (tierra en euskera). Estas obras eran trabajadas en tierra chamota con Hans Spinner y adquirían diferentes tonalidades según el tipo de cocción: en horno de leña o eléctrico. Gracias a este material, Chillida comenzó a explorar el espacio desde la textura y el color. Los cortes y huellas del proceso cerámico definían y delimitaban el vacío contenido, vinculando la escultura con la esencia de la tierra.
Un hito de este período, fue el encuentro del artista con el filósofo alemán Martín Heidegger en 1968, lo que supone una meditación por parte del primero sobre el límite y la arquitectura del espacio, reflexión que tradujo en obras como “Alrededor del vacío IV” (1968) y en los litocollages para el libro de Heidegger “El arte y el espacio” (“Die Kunst und der Raum”, 1969).
La culminación de su diálogo con el espacio, el mar y la arquitectura urbana en la serie de “El peine del viento” tuvo su fecha en 1977, con la instalación de “El peine del Viento XV” en las rocas de San Sebastián, siendo este conjunto de tres piezas de acero un hito de la escultura pública contemporánea.
Posteriormente, en la década de 1980 su carrera fue reconocida a través del Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1987. Durante esta etapa realizó importantes proyectos públicos que definieron el paisaje urbano e institucional como “Casa de Goethe” (1986) y “Gure amaren etxean” (1988) y desarrolló “Gravitaciones” (1988), obras sobre papel en las que fragmentos pintados en tinta negra “gravitan” sujetos por hilos, explorando la levedad y el equilibrio dinámico, siendo esta una nueva forma de relieve escultórico. En la década de 1990 recibe el Premio Imperial de Japón (1991) y creó obras como "Elogio del horizonte” (1990) o “Monumento a la Tolerancia” (1992).
Su último gran proyecto fue “Tindaya”, concebido como una intervención monumental en la montaña de La Oliva (Fuerteventura) con la idea de sacar piedra de la montaña y meter el vacío. Aunque no llegó a realizarse por falta de fondos, su visión de integrar el arte en el entorno natural y arquitectónico se materializó en el año 2000 con la inauguración del museo Chillida-Leku en el caserío Zabalaga en Hernani donde gran parte de su obra monumental permanece expuesta al público.
Finalmente, Eduardo Chillida falleció en San Sebastián el 19 de agosto de 2002, dejando tras de sí un legado artístico que es una meditación constante y materializada sobre el espacio que nos rodea.
En la Colección de AFundación se encuentra su obra “Composición” datada de 1992 y pertenecientes a la serie de “Gravitaciones”. Realizada con papeles pintados en tinta negra y cosidos mediante hilos, esta obra crea un espacio íntimo que se mece en el aire, transformando el papel en escultura suspendida por el propio espacio.
Bibliografía
DE BARAÑANO, Kosme. Chillida (1924-2002). (Serie: El artista en su taller) , Edit. Alcobendas, Madrid, 2003.
GÓMEZ VARGAS Juan Carlos. El Proyecto de Chillida en La Montaña Tindaya: Significado y Singularidades. JC Gomvar, ingeniería y paisaje, 2019.
GONZÁLEZ, LILIANE. Eduardo Chillida, The Art Market, 2024.
VALLINA, Alicia. Eduardo Chillida: construir el espacio. Exposición Casa de Cultura de Avilés, Descubrir el arte, 2024.
GALERÍA GUILLERMO DE OSMA Y CARRERAS MÚGICA. Catálogo de exposición Chillida, gravitaciones, Edit. Advantia, Madrid, 2022.
KRIEGER, Peter. El herrero Eduardo Chillida (1924-2002). Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas (UNAM), 2002.
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ÁLVAREZ MARTÍNEZ, Soledad María. Biografía de Eduardo Chillida Juantegui, Historia Hispánica, actualizado 2022.