CÁNDIDO PAZOS

A una temprana edad destaca en el atletismo, deporte en el que logra grandes reconocimientos; su inquietud y curiosidad características le llevarán a explorar el automovilismo, la pesca submarina o la aeronáutica. En el universo artístico, se forma en la Escuela de Arte Maestro Mateo de Santiago de Compostela, donde tiene como profesor a Fernando Mayer, destacada figura en el campo de la joyería. Inicia su trayectoria artística en el dibujo, disciplina en la que obtiene el Premio Nacional de Dibujo; asegura el propio artista que su evolución cree que ha sido un proceso natural, pues «para hacer esculturas es necesario dominar la ilustración, y una cosa lleva a la otra. El primer paso de cada pieza son los bocetos, donde ya se refleja lo que luego plasmas en las obras finalizadas». En el campo escultórico, al que llega de forma tardía y que le reporta su mayor notoriedad, trabaja principalmente por encargo ─ha realizado trabajos para la Casa Real Española, Paradores de Turismo, Xunta de Galicia, Parques Nacionales o para el Ministerio de Medio Ambiente─ y entre sus monumentales obras públicas, cabe destacar la Porta Itineris Sancti Iacobi o Puerta de Europa (Santiago), la Fonte da Peregrina (Santiago), el monumento al papa Benedicto XVI (Santiago), el Arco del Camino (Logroño), el Monumento a los marineros muertos en el mar (Vigo), o las esferas armilares del hall del Parlamento Europeo (Bruselas), institución donde realiza una exposición.  

Multifacético y con un currículum inabarcable, se le considera un «hombre del Renacimiento» por la cantidad de disciplinas que ha abordado con éxito. Entre ellas, resalta el paisajismo y la jardinería; obtiene el primer premio de Jardinería de Paradores y asimismo es galardonado con el premio a la flor más original en Bruselas por su camelia Xacobea. Además, es un gran embajador del aceite de esta planta ornamental gallega, y en su impresionante jardín en Trobe, Vedra, se encuentran unas mil camelias trenzadas. Por otro lado, su pasión por el Camino de Santiago, del que es un excepcional embajador, le lleva a publicar su personal actualización del Códice Calixtino y a realizar numerosas obras dedicadas a la Ruta Xacobea, principalmente esculturas. En la disciplina escultórica, focaliza su interés en Grecia, y aúna tradición y modernidad con una elegancia y expresividad que definen piezas, principalmente en gran formato, minuciosamente trabajadas ─ha llegado a alcanzar los ocho metros de altura─ con materiales como el granito, pizarra, bronce o madera, así como otros menos habituales, y algunos vinculados a la joyería, como la serpentina ─su material predilecto─, el azabache o la plata. Sus temáticas abarcan desde el Camino de Santiago, hasta la maternidad, el mar, la mitología o la religión, con una gran presencia de la figura humana. En su obra resulta fundamental la emoción; asegura: «El arte tiene que emocionarte primero a ti, para que después emocione a los demás».     

En la Colección Afundación figuran seis obras del creador santiagués de nacimiento y estradense de adopción; cinco esculturas realizadas con diversos materiales: bronce, cera, escayola, serpentina y pizarra, en las que representa, con ciertas dosis abstractivas, formas corpóreas de personajes como Breogán o Bríxida, así como una cabeza de un corcel, y con un mayor realismo a Teucro, mítico héroe fundador de la urbe de Pontevedra, que aparece imponente con seis metros de altura como un joven atleta desnudo que porta un arco modernista en la cubierta de la Sede Afundación. Asimismo, en dicho edificio, ha realizado los jardines colgantes y la cascada de agua ─con un innovador sistema que mantiene una atmósfera controlada─ que ha denominado Jardines de Babilonia.