Exposición «Superpoderes. David Aja y David Rubín». A Coruña
ABANCA y Afundación, con la colaboración del Museo Patio Herreriano, abrimos al público la exposición «Superpoderes. David Aja y David Rubín» del 31 de julio al 29 de septiembre. Dos de los mayores dibujantes de cómic de nuestra era despliegan su imaginario para nosotros en esta apasionante muestra sobre el mundo de la banda diseñada en la Sede Afundación A Coruña.
Visita guiada con el comisario Asier Mensuro el martes 25 de septiembre, a las 19.00 h. Asistencia gratuita, previa inscripción.
El comisario de la muestra, Asier Mensuro, organiza y detalla con máximo cuidado esta exposición donde nos centramos en los trabajos más destacados de Aja y Rubín, más de 350 que reflexionan sobre el icono del superhéroe en el siglo XXI. Estos artistas son, sin duda, dos faros en el campo del cómic contemporáneo, poseen calidades de técnica e imaginativa tan abundantes que, uno desde Valladolid y el otro desde Ourense, consiguieron hacerse un hueco más que respetado y sobresaliente en el duro mercado del cómic norteamericano.
En la exposición, entre otros, podremos disfrutar de los trabajos más importantes para Marvel de David Aja, como Inmortal Iron Fist, Hawkeye, Wolverine, Avengers o Captain America; o de las obras de David Rubín El Héroe, Aurora West, Beowulf, un spin-off de la popular serie Batling Boy de Paul Pope, o ilustraciones de personajes como Batman o Spirit.
David Aja trabaja para el mercado norteamericano, una industria muy popular y competitiva que posee unos códigos propios, que él conoce, pero que reinterpreta y reinventa. Su primer trabajo a destacar fue el conjunto de portadas de Inmortal Iron Fist (2006), donde hacía algo poco común en el sector: mantener el blanco del papel como tono predominante, captando todas las miradas.
Su rico imaginario visual viene dado por su extenso conocimiento de los recursos estilísticos propios del género. En su obra se puede rastrear la huella de dibujantes tan notables como David Mazzucchelli, Bill Sienkiewicz, Alex Thot o Frank Miller. También encuentra inspiración en otras disciplinas, desde el cine hasta la pintura, como los Ukiyo-e japoneses del maestro Kawase Hasui, o en las artes gráficas a través de Andy Warhol o incluso de la cartelería de la Segunda Guerra Mundial del arte nacional socialista alemán. Realiza un trabajo extraordinario en las portadas de Karnak (2015) mediante filtros digitales o en obras como las portadas para Red Skull (2010) o The invencible Ironman (2008).
Su trabajo está lleno de pequeños detalles, desde un paisaje en el fondo de una viñeta, donde experimenta con la abstracción, a personajes reducidos a una silueta negra, que recuerdan al teatro de sombras balinés. El vestuario de los personajes es, sin duda, el más cuidado. En títulos Marvel como Hawkeye o The Inmortal Ironfist, rediseña los uniformes característicos para apropiarse del personaje.
Entre todas sus obras, hay un caso de auténtica vanguardia con el que consigue una obra maestra del cómic con la que lleva los premios Harvey y Eisner en la categoría de Mejor Historieta, se trata del número décimo primero de la serie Hawkeye. Su protagonista es Pizza Dog, la mascota del superhéroe, y la historia se narra desde el punto de vista del perro.
Dado que nos encontramos ante un autor que no vende sus originales, esta retrospectiva se convierte en una oportunidad única para contemplar sus obras más significativas.
Premios
Eagle Awards: 2008 Mejor Artista Revelación por la serie Inmortal Iron Fist [2006-2008] // Harvey Awards: 2013 Mejor Autor de Portadas por la serie Hawkeye [2012-2015]; 2014 Mejor Número Único por Hawkeye [2012-2015], núm. 11 // Eisner Awards: 2013 Mejor Dibujante por la serie Hawkeye [2012-2015]; Mejor Autor de Portadas por la serie Hawkeye [2012-2015]; 2014 Mejor Autor de Portadas por la serie Hawkeye [2012-2015]; Mejor Número Único por Hawkeye [2012-2015], núm. 11 // 2016 Mejor Autor de Portadas por las series Scarlet Witch [2015-2017] y Karnak [2015-2016] // Además, consiguió diversos galardones que otorgan distintas Comic Con de España, Italia y Japón.
David Rubín es casi un recién llegado al mundo del cómic norteamericano. Sus orígenes profesionales hay que buscarlos en Galicia en el mundo de la animación, en productoras como Limaía y Dygra.
En 2005 publica con Astiberri su primer álbum, El circo del desaliento, que le vale un nombramiento en la categoría de Autor Revelación en el Salón del Cómic de Barcelona 2006. A este título le siguen La tetería del oso malayo, con esta misma editorial, y Cuaderno de Tormentas con Planeta DeAgostini.
En 2011 dibuja la novela gráfica El Héroe, su primera incursión en el mundo de los superhéroes. Se trata de una visión moderna de los doce trabajos de Hércules desde la óptica del cómic de superhéroes. Este trabajo bebe del grafismo clásico, en especial del trabajo de Jack Kirby, el gran creador del universo Marvel; pero también se aprecia la influencia de otros autores americanos como Frank Miller, Jim Steranko o Paul Pope.
En sus dibujos se puede ver la huella de los maestros de la bande dessinée francesa de Sfi-Ci, desde los Humanoïdes associés (Druillet y Giraud) a Meziérès, Caza; junto a la de otros dibujantes galos como Sfar, Blain Peeters o Blutch. También es sensible a las influencias procedentes del manga, incluyendo autores de la talla de Osamu Tezuka, Akira Toriyama o Katsuhiro Otomo. Y no escapan a sus gustos literarios el trabajo de autores españoles como Olivares o Sequeiros y, como gallego, Deas Pastoras, Miguelanxo Robledo o el Miguelanxo Prado más feísta.
Es especialmente interesante la manera que tiene de tratar la figura humana, con un gusto expresionista típicamente gallego; una deformación de lo impuesto, que huye de la belleza clásica, es sin duda una de las sorpresas en el trabajo de Rubín, la naturalidad con que pervierte este impuesto para llevarlo a su terreno y que se encuentra en autores de cómics ya citados, pero también en artistas de otras disciplinas como el escultor gallego Francisco Leiro.
En 2013 sale uno de sus mayores éxitos, Beowulf, otra historia mitológica, en esta ocasión procedente de la cultura nórdica con influencia del danés Teddy Kristiansen.
A partir de aquí desembarca en el mercado norteamericano de la mano de Paul Pope, que le encarga una suerte de spin-off, dos álbums protagonizados por Aurora West. Y ya sigue trabajando para otras editoriales como BOOM! Studios o Dark Horse. También se ocupa de series tan interesantes como Ether, The Fiction, Black Hammer, Sherlock Frankenstein and the Legion of Evil o Rumble.
Mención a parte merece su trabajo como portadista. Hay algo clásico y moderno al mismo tiempo en sus portadas para Black Hammer. En Ether y The Fiction, coge un camino diferente y se vuelve más abstracto; y finalmente, en Robocop realiza su mejor trabajo como portadista.
David Rubín se convierte así en un dibujante que consigue realizar cómics de autor en una industria en la que salirse de la norma establecida no es nada fácil; y no se trata de un autor cualquiera, sino de alguien capaz de introducir un soplo de aire fresco en un género que en estos momentos se está a reinventar a sí mismo y que tiene en este autor gallego a una figura referencial.